Leyendo su editorial, descripción de un territorio o república independiente dentro de Bogotá, ‘El ‘Bronx’ debe ser historia’ (31-5-2016), lo trágico es que ya forman parte de la historia. Ahora de lo que se trata es de demostrar, con la recuperación humana integral de todos sus habitantes: psicosocial, desintoxicación, salud, educación, reintegración efectiva y duradera, nutricional, viviendas, etc.
Es que la historia vergonzosa en esta olla, y en las de muchas ciudades colombianas, se pudo transformar en verdadera historia de recuperación humana, de salvación para centenares de niños esclavos sexuales y drogadictos sometidos. Pero no, nada alcanza a describirnos tal horror vivido por años en el gran lumpen llamado el ‘Bronx’, vecino de Palacio, Alcaldía, y de todos los capitalinos.
De lo que siga en este primer paso, esta podrá ser una historia humana, la de la redención integral de miles de niños y niñas y de todos aquellos que llamamos eufemísticamente ‘habitantes de la calle’. Qué ironía, cuando las calles son para transitar y en ellas nos trasladamos todos.
Ilse Bartels L.
* * * *
Señor Director:
Pueda ser que una vez expropiadas y derrumbadas –de acuerdo con la ley, por ser focos de vicio– las viviendas del ‘Bronx’, la Alcaldía construya allí casas para las familias pobres que esperan hace años turno para estas.
Adicionalmente, a drogadictos, acohólicos y gente de la calle de Bogotá, pueblos y ciudades, que se rebuscan a diario una moneda para comer o para el vicio, una vez identificados y censados, deberíamos tratarlos, con una política de Estado, en institutos gubernamentales de rehabilitación.
Y una vez recuperados, devolverlos, con estricto control y seguimiento, a su núcleo familiar.
Muy probablemente organizaciones internacionales estarían dispuestas a colaborar económica y profesionalmente, así como nos han ayudado en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.
Rafael Antonio Córdoba Ardila
Bogotá
Cinco carriles se volvieron tres
Señor Director:
El embudo de La Caro a la 170 hizo intransitable la autopista... del Norte. Cinco carriles se volvieron tres. No se entiende cómo no se da prioridad a su ampliación. Para eso es el peaje. Además, para arreglar la destrozada vía de Guaymaral a Chía, que aliviaría el horror. Está plagada de huecos, y el invierno la terminó de destruir.
Alguien, un imbécil, colgó un aviso que la califica como ‘privada’. Mentira. Existen la inmensa policía, la central de helicópteros, la DEA, escuelas de aviación y muchos dolientes habitantes, que nos mamamos ese desastre. Qué pena, pero es así. Y son unas volquetaditas de asfalto, nada más. ¿Dónde quedó el Dr. Peñalosa?
Juan Manuel Díaz Azuero
Guaymaral
__________________________________________________________