Más allá de los clásicos, los dramas rurales o un gusto especial por el humor popular, el cine italiano ha seguido creciendo, tal vez en voz baja para algunos, pero con un tono que demuestra que aún hay mucho por descubrir en su cinematografía más reciente.
Precisamente hoy, cuando se inicia el Tercer Ciclo de Cine Italiano Italcine en Bogotá (que se extenderá hasta el próximo lunes en la sala de Cinemanía), se presenta la oportunidad de conocer cómo han evolucionado esas temáticas.
Este año se presentarán 12 películas en 48 proyecciones. Italcine también llegará a Cali (del 5 al 8 de junio, en la Cinemateca de La Tertulia); Pereira (9 al 13 de junio, en Cine con Alma, en la Cámara de Comercio); del 9 al 12 de junio, en el Centro Cultural Ciudad Móvil de Cartagena y en la Cinemateca del Caribe, de Barranquilla.
Latin Lover, una comedia que se ríe, precisamente, de la manera como endiosan a los actores de cine, es una de las producciones que harán parte del ciclo.
La trama gira en torno a Saverino Crispo, considerado como una de las estrellas más grandes del cine italiano, quien muere y a su funeral van cinco hijas que dejó en muchos de sus viajes por el mundo, al igual que dos de sus exmujeres. Al final, todas afrontarán situaciones incómodas y divertidas.
También se proyectará el drama I nostri ragazzi (Nuestros hijos) donde se refleja la tensión familiar y la indiferencia que rodea a dos hermanos: un abogado y un pediatra al que la rutina y una cierta hipocresía cambian radicalmente ante un hecho inesperado y doloroso.
Al igual que Tempo instabile (Tiempo inestable), una cinta en la que un pueblo se descontrola tras la aparición de petróleo en el patio de una cooperativa del lugar que está al borde de la quiebra. Lo peor de las personas aparece por la avaricia y el egoísmo. Pero no todo se centra en pequeñas poblaciones.
En el ciclo también se podrá apreciar –entre otras– Un ragazzo d’oro, acerca del poder del perdón familiar, y Un giorno da italiani, nacido de un proyecto del realizador Ridley Scott, en el que se le pidió a varias personas en Italia que registrarán una reflexión en video.
Así mismo, La sedia della felicità, una comedia de humor negro en la que una esteticista se ve envuelta en una intriga peligrosa.
EL TIEMPO