Las intoxicaciones, cuando no son voluntarias, son accidentes fácilmente prevenibles, con medidas muy simples, ligadas al sentido común. Obviamente pueden ocurrir exposiciones a sustancias de muy difícil control, pero estas son la excepción. Por ejemplo, cuando se contaminan fuentes de agua o hay fugas de gas u otros elementos en un entorno en el cual uno no puede manejar.
Así que cuando se trata de situaciones que están en sus manos, y para evitarse grandes problemas, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:
Lea. Antes de tomar o administrar medicinas asegúrese de interpretar bien las instrucciones sobre su uso, medidas exactas y, a su vez, de cerrar bien y mantener en condiciones aceptables los envases. Las intoxicaciones con medicamentos son de las más comunes, no lo olvide.
No reenvase. Mantenga siempre todos los productos químicos, empezando por medicinas, elementos de limpieza, detergentes, pesticidas, en sus envases originales y con las respectivas etiquetas, es importante que todos en casa sepan que lo que hay en cada recipiente es lo que dice la botella.
Lejos de los niños. Todos los elementos potencialmente tóxicos deben mantenerse en envases herméticos y fuera del alcance de los niños.
Separe. Dedique lugares distantes para guardar la comida y los productos químicos. Recuerde que no es solo el contacto físico sino que existen gases que pueden pasar de un lugar a otro y contaminar.
Mantenimiento. Sea exhaustivo con la revisión del funcionamiento de estufas, calentadores, duchas y otros elementos domésticos que funcionan con gas. De igual forma tenga el mismo cuidado con chimeneas y otros elementos que produzcan combustión. Relacione estos con la capacidad de ventilación de su hogar.
Cuidado. Frente a los niños llame a los medicamentos por su nombre. Nunca los relaciones con dulces y evite consumir fármacos frente a ellos, porque suelen imitarlo todo.
Por último. Ante cualquier duda que tenga frente a un producto pregunte y tenga el teléfono de emergencias listo.