Una vez se bajó del carro en su llegada a los pits fue arropado por sus compañeros, por los mecánicos... Los abrazos iban y venían. Ninguno podía consolar las lágrimas y el llanto de Carlos Muñoz, a quien le faltó solo un poco de combustible para llevarse el triunfo de las 500 Millas de Indianápolis.
“Me mantuve con los mismos neumáticos, el auto se me estaba moviendo en la parte trasera. Yo decía esta es mi carrera. Al final no alcanzó el combustible y no pude llevarme la victoria”, fueron las palabras de Muñoz luego de calmar un poco la frustración.
Para los expertos no era una sorpresa ver a Muñoz adelante y peleando. Siempre que se enfrentó a esta mítica prueba rindió. Quizá esta fue la vez que más cerca estuvo de ser el segundo colombiano en ganar las 500 Millas. Sin embargo, él no se da por vencido. Sabe que llegará su día.
“No era una ciencia, todo era perfecto, todo estaba bien, estaba corto por media vuelta. Felicito a mi equipo, pero estas son las 500 Millas. Algo que es claro es que voy a ganar aquí algún día”, concluyó.