En adición a las justísimas preocupaciones de EL TIEMPO respecto a la laguna de Fúquene, es preciso agregar otras que, dentro de su objetividad, revisten enorme gravedad. Ellas tienen que ver con la colmatación, originada en el crecimiento desaforado del buchón y demás especies que se han apoderado del espejo lagunar. Entre 1995 y el 2005, que yo sepa, muchas firmas nacionales y extranjeras mostraron interés en montar grandes plantas para cosechar y convertir a las invasoras en abono orgánico. El proceso, que necesariamente debía estar acompañado del dragado del vaso de la laguna, no fue de la complacencia del ‘sabio’ Van der Hammen, quien indujo a la CAR a desechar las propuestas. Para el efecto, dijo, y todos acataron, que el fondo, que ya para entonces asomaba a la superficie, era intocable y que en él estaba representado el mapa geológico de la Tierra. Así las cosas, en perjuicio de la preservación del medioambiente, la plaga hizo suyo el espacio acuífero. Parecido ese capricho a otro que el mismo holandés trazó al delimitar la sabana de Bogotá.
Vicente Apráez Apráez
Marihuana medicinal
Señor Director:
Desde hace muchos años las comunidades indígenas han utilizado la marihuana para fines medicinales, frente a la dificultad para acceder a los servicios de salud, ya sea por la distancia, la cultura o la efectividad en su respectivo uso. A pesar de que algunas religiones se oponen a su legalización, debemos tener en cuenta que muchos países poseen cultivos extensos con su respectiva licencia, incluyendo el laboratorio en el que procesan muchos fármacos que son utilizados por la medicina tradicional y homeopática. En conclusión, la legalización de la marihuana para usos terapéuticos era inminente en Colombia. Si no se legaliza, otros países que la tienen legalizada tomarían ventaja en su industrialización y nos veríamos obligados a comprarles los productos y fármacos derivados de su procesamiento, y a unos costos muy altos. Recordemos que la marihuana es nociva solo si se utiliza con químicos fuertes que alteran su principio activo y natural.
Álvaro Ramón Ortiz Murcia
Simijaca (Cundinamarca)
Vestidos a la francesa
Señor Director:
Próximamente se inaugurará la Copa América de Fútbol en Estados Unidos, y nuestra Selección lucirá un uniforme que no corresponde a los colores tradicionales de anteriores selecciones. La mayoría de los equipos llevan los colores representativos de su país distribuidos proporcionalmente en camiseta, pantaloneta y medias. La camiseta de la Selección, patrocinada por Adidas, que nos representará en este certamen tiene tres colores: blanco, azul y rojo; el blanco predomina en un 95 por ciento; el rojo, en el borde de las mangas, y el azul, en el cuello y en las líneas verticales. Estos colores pertenecen a la bandera de Francia y no a la de Colombia. ¿Será mucho pedir que volvamos a los colores tradicionales de nuestra bandera?
Fredi Becerra Mosquera
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