Expertos coinciden en que el destacado reconocimiento de Santander no es más que el resultado de su actual economía, basada en muchos sectores. Esto, dicen, ha permitido evitar la caída o la volatilidad de las economías que dependen de un producto.
Para el presidente regional de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Alejandro Almeyda, la diversificación se originó al reconocer “que a pesar de ser un departamento cercano a Venezuela, ese país no era un camino económico”. Agregó que también es producto de un trabajo en el que predomina la interacción de los sectores público y privado.
Sergio Luna Navas, presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), considera que otro factor determinante es la amplia oferta educativa tanto en pregrado como en posgrados, pues se calcula que en las 17 universidades que hay en Santander se gradúan cada año 22.000 profesionales y tecnólogos que nutren la demanda laboral.
Otro componente que destacó el miembro de la Comisión Regional Competitiva de la Cámara de Comercio de Bucaramanga, Augusto Martínez, es el “crecimiento desde hace 15 años por encima del promedio nacional que ha influido en el aumento del PIB y la disminución de desempleo y pobreza”.
Y pese a las buenas perspectivas de los medios internacionales, en los primeros meses de este año el departamento se ha enfrentado a un desequilibrio originado por la crisis del sector petrolero, la cual se sumó a la caída de las ventas del comercio por el alza del dólar y al índice negativo de confianza de los consumidores, desde enero hasta abril, para la compra de vivienda, bienes muebles y electrodomésticos.
Con la disminución de los precios del petróleo y el nuevo sistema general de regalías, que ahora se distribuye a todos los departamentos –antes era exclusivo de las regiones productoras–, expertos proyectan que los recursos de esa fuente de financiación en los próximos años caerá el 50 por ciento frente al cuatrienio pasado.
Al respecto, el secretario de Planeación de Santander, Sergio Isnardo Muñoz, dijo que la situación “genera unos retos enormes frente al tema de la administración de recursos frescos que provienen de la gestión con el Gobierno Nacional y otros que lleguen de mecanismos como la asociación de proyectos público-privados”.
La crisis petrolera, para Augusto Martínez, es una cuestión pasajera y recalca que se debe aprovechar que el consumo de petróleo en el país no ha disminuido y la refinación se mantiene. El 80 por ciento de exportaciones de Santander tienen que ver con petróleo y de sus regalías dependen, en un gran porcentaje, obras de infraestructura, como las vías 4G y la recuperación del río Magdalena.
EL TIEMPO