Pese a perder la camiseta rosa de líder en la penúltima etapa con Vincenzo Nibali, cuando más cerca se estuvo del título del Giro de Italia, una gran sonrisa esbozó para todos aquellos que lo rodearon para pedirle una explicación. Esteban Chaves estaba tranquilo y se sentía feliz.
“Fue la etapa más difícil de mi vida. Dimos un gran espectáculo; dimos el máximo. Si hace tres años me dicen que voy a estar en el podio del Giro de Italia, no lo creo. Al final no hay excusas, no había pierna, el equipo hizo todo lo que pudo, Rigoberto (Urán) al final me dio una mano, pero no había con qué. Esto solo es una carrera en bicicleta, lo más importante son otras cosas”, afirmó el colombiano.
Chaves, con algo de tos, muestra de lo que sufrió ayer en esos complicados ascensos, quiso agradecerle a Rigoberto Urán, quien en los últimos kilómetros llegó para darle una mano y ayudarle a que no perdiera la maglia rosa. “Los ciclistas somos compañeros, somos colombianos. Muchas gracias a Rigoberto, estuvo muy grande”.
Finalmente, envió un mensaje al país, que muy atento estuvo de sus pedalazos: “Esta es una muestra de que los sueños se pueden cumplir si nos apoyamos y creemos. Hay que creer en el ciclismo, no todo es fútbol”.