El muelle turístico de Buenaventura, desde donde salen embarcaciones con quienes quieren apreciar las ballenas jorobadas en el Pacífico y disfrutar de las playas vecinas, es una infraestructura que amenaza ruina; el tablado está lleno de huecos y apenas opera la mitad de sus muelles.
Las deficiencias de esta estructura de madera de 240 metros de largo y cinco de ancho llevaron a las autoridades del puerto a prohibir a las embarcaciones que navegan hacia Gorgona, zona costanera y Malpelo amarrarse del muelle.
La medida fue notificada por el capitán de navío Óscar Enrique Mantilla, y tiene divididos a los usuarios y transportadores.
Según el funcionario de la Dirección Marítima, en una inspección al embarcadero turístico se encontró que el estado del muelle turístico no permite el amarre de embarcaciones mayores de 25 toneladas.
Y de los siete embarcaderos menores y una para barcos ahora operan solo tres alas de embarque y la capitanía cerró la del barco.
En todos estos años no se ha realizado la reposición de la madera desgastada por los más de 15.000 turistas que en cada una de las tres temporadas altas pasan por su tablado, las más de 100 personas que a diario transitan por el muelle y que viven en las playas vecinas, o los más de 250 trabajadores que toman lanchas para ir a su trabajo al frente el muelle flotante.
En un comunicado, el director del Inciva, Jorge Carlos Figueroa Ortiz, señala que “por tratarse de un muelle flotante, que sube y baja con la marea, Inciva realiza un mantenimiento continuo a la estructura en cuanto a limpieza y ajuste de piezas, para lo cual tiene a disposición personal dedicado exclusivamente a dicha labor”.
Según se indica, en diciembre se hicieron las últimas labores de mantenimiento de este muelle construido en 1998 y que, de acuerdo con Figueroa, actualmente presta servicio con cinco muelles de embarque.
Según el manual de mantenimiento, cada tres meses debía hacerse el ajuste y revisión de tornillos, amarres y limpieza de los flotantes, y cada mes, lavarse el piso con agua a presión.
El director del Inciva señaló que tiene programadas para la presente vigencia actividades de mantenimiento y que de manera permanente se realiza la reposición de la madera que se va deteriorando.
Pero otra cosa es lo que perciben quienes transitan por el muelle turístico. “Es un hecho insólito tener que hacer trasbordos con equipajes para embarcar o zarpar, con los riesgos que tiene para los niños, los mayores de edad y las mujeres”, dijo Miguel López Rojas, un turista que se dirige a Gorgona con su familia.
“Es de mal gusto que la puerta de entrada o de zarpe de uno de los mejores destinos de buceo de Colombia se vea perjudicado por la situación del muelle”, dijo Jesús Antonio Plata, instructor de más de 20 años que ha preferido este destino al Caribe.
En todo caso, Inciva reiteró su llamado a las empresas de transporte marítimo y a los operarios de embarcaciones para que fondeen y amarren sus naves en las zonas designadas para ello en la pasarela de cemento.
BUENAVENTURA