Austria eligió a un líder ecologista de 72 años como su próximo presidente, evitando por poco convertirse en el primer país de la Unión Europea en escoger a un candidato de extrema derecha como jefe de Estado.
Tras una elección dominical que estuvo demasiado ajustada para dar un ganador, funcionarios austriacos pasaron la mayor parte del lunes contando cientos de miles de votos que acabaron dando el triunfo a Alexander van der Bellen frente a su rival del ultranacionalista Partido por la Libertad, Norbert Hofer.
El Ministerio del Interior adjudicó a Van der Bellen el 50,3 de los sufragios, comparado con el 49,7 por ciento de Hofer, que lideraba una plataforma antiinmigración.
Hofer reconoció su derrota en una publicación en su página de Facebook, dando las gracias a sus seguidores y pidiéndoles que no se desanimen.
“Por supuesto que estoy triste hoy”, afirmó. “Me habría gustado cuidar de nuestro maravilloso país como presidente”.
La derrota de Hofer evitó un vergonzoso revés para el liderazgo político europeo, cada vez más amenazado por partidos populistas que se han beneficiado de las preocupaciones de la región sobre la crisis de refugiados y años de débil crecimiento y alto desempleo.
