Cuenta el sommelier de té venezolano David Hernández que el zar Nicolás de Rusia llegó a tener 150 vajillas y que él tuvo la suerte de hacerse a una de estas. Hernández también es museólogo y coleccionista de tazas de té y las puso, sin misterio, a disposición de los clientes que pasan a tomar el té en Coco Tea and Wine, cerca del Centro Comercial Andino, en Bogotá.
La taza del zar lleva en su base el sello que la identifica, y Hernández tiene la certificación de autenticidad. Incluso, su vasto conocimiento de los sellos presentes en vajillas de la aristocracia mundial le permitió descubrir en un mercado de las pulgas de Bogotá una taza que pudo pertenecer a la reina Victoria de Inglaterra. Sus clientes pueden pedir una merienda –servida con la etiqueta inglés– y beber en ella.
Coco Tea and Wine surgió de su pasión coleccionista. De niño observaba cómo su madre organizaba la mesa para elegantes meriendas de té. “Al morir mis padres –cuenta– heredé todas las vajillas, algunas que mi madre nunca usó porque eran sagradas para ella, como la de mi abuela y la de mi bisabuela”.
El gusto por el servicio de té se vio alimentado por su temporada de estudios en Londres, donde se volvió experto en cultura social del té inglés y aumentó su colección con su asistencia a subastas y mercaditos. “La taza que más me costó fue de una diseñadora art decó de los años 30 llamada Clarice Cliff –cuenta–, la compré en 8.000 libras esterlinas. Tres semanas después, en el Portobello Market de Londres, conseguí una igualita, de la misma serie, por apenas 20 libras”.
El salón de té de Caracas nació de forma casual. Hernández quería abrir un negocio y llevó algunos tés y una mesita a un local para pensar qué haría con él. La gente se fue acercando y él fue compartiendo la bebida. Tres días después se formaron filas de personas que querían probar un té, y tuvo que buscar más mesas. Al convertirlo oficialmente en salón de té, les pidió a amigos y miembros de familias de la élite venezolana que le regalaran piezas de sus vajillas.
Hoy, posee unas 1.500 tazas, y se precia de tener una proveniente de cada familia presidencial de su país. El sommelier dice que quiere hacer lo mismo en Colombia para el local que hace más de un año abrió en Bogotá.
Lo principal en Coco Tea and Wine es la opción de encontrarse con el mundo del té con lujo de detalles históricos para quien quiera saber más sobre esta infusión y las formas de disfrutarla. Ofrece una merienda que llena la mesa de color y sabores.
“Sugiero comenzar con la bandeja de caviar en pétalos de rosa, seguir con las uvas rellenas de mostaza de Dijón, pasar al queso brie con nueces, maní y miel y a las fuentes de bocados de sal (brusquettas con diferentes quesos, jamones y frutas) y de dulce (con tortas y otras delicias de pastelería)”, cuenta. Todo acompañado de distintos tés.
Queda una pregunta: ¿Por qué Hernández usa tazas tan valiosas en el día a día de su salón de té? Él responde:“Prefiero que se rompan en manos de un cliente y llorar mucho, a que se queden en una vitrina sin utilizar. Mi abuela no usó la de mi bisabuela, mi mamá no usó las que heredó. Yo decidí usarlas todas. Me parece un gran placer compartir todo esto con los comensales”.
¿Dónde y cuándo?
Av 82 n.° 12-43. Zona T. Bogotá. Teléfono: 310 2412821. Horario: Lunes a sábado, desde las 12 m. Cierre a las 10 p.m., de lunes a miércoles, y a las 11 p.m. de lunes a sábado.Domingo: Brunch de 11 a. m. a 7 p. m.
LILIANA MARTÍNEZ POLO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO