El colombiano Esteban Chaves tiene una tarea: ir por el liderato del Giro de Italia, y ha prometido que luego de ese sensacional fin de semana, en su cabeza solo cabe luchar por la camiseta rosa, por ese título de una competencia que tomó un giro inesperado.
Chaves ya está de segundo, a 2 minutos 12 segundos de un fuerte líder, el holandés Steven Kruijswijk, quien fue, al lado del bogotano, la máxima figura de un sábado y un domingo llenos de emocionante ciclismo, dos días en los que ambos dinamitaron la carrera.
“Afrontaremos la última semana, que es muy jodida. Ahora hay que tener tranquilidad. Primero hay que descansar y esperar que las piernas respondan bien, vamos por todo”, precisó Chaves tras haber quedado en la sexta casilla en la cronoescalada de 10,8 kilómetros.
Sabe que no será fácil, entiende que el más fuerte del lote es Kruijswijk, pero no descarta nada y ha prometido pelea, la que dará en lo que falta de montaña.
“En la última semana la cabeza quiere una cosa, pero el cuerpo dice otra. Sobre todo, la clave es la cabeza porque llega un punto en el que no podemos estar más cansados de lo que estamos ahora. Entonces, hay que sufrir mucho, creer en el equipo y echarle coraje”, señaló.
La primera
La cuenta regresiva comenzará mañana con el tramo de 133 km, corto, pero duro, con tres pasos montañosos, dos de segunda y otro de tercera, este último en la meta. “Seguimos en la lucha y aún queda mucho Giro, tanto para recuperar tiempo como para perderlo. A día de hoy se ve que Kruijswijk es el más fuerte. Siendo sincero, creo que es el más fuerte”, dijo Valverde, que recuperó algo de camino con su tercer lugar en la jornada de este domingo y ya se acomodó en la cuarta casilla en la general, a 3 minutos 29 segundos del líder.
Kruijswijk no la puede creer. El holandés, de 28 años, apenas este domingo advirtió que se sentía favorito.
“Creo que demostré que mi condición es muy buena y que puedo conseguirlo. Además, cuando llevas la camiseta rosada siempre tienes motivación extra. Me siento bien, en mi mejor forma de siempre, y es una suerte tener esta sensación antes de la dura semana final”, precisó Kruijswijk.
![]() Infografía ETCE |
El viernes, el Giro tendrá una verdadera jornada de montaña, con 161 kilómetros, y dos pasos montañosos, el primero, la cima Coppi, con sus 2.744 metros de altura, 21 km de extensión y rampas hasta del 14 por ciento de inclinación y promedio de 9,3, para finalizar en un premio de montaña de primera categoría en la meta.
“Hay que tener los pies en la tierra. Ya tenemos un objetivo conseguido, una etapa, y la reina, por lo que podemos estar más tranquilos, aunque hay que seguir trabajando y, por qué no, soñar más arriba”, indicó Chaves.
Al día siguiente, y con las piernas tocadas, los ciclistas arrojarán sus restos en la fracción de 150 kilómetros y cuatro premios de montaña, tres de primera categoría y el último de tercera en la meta.
Acá ya lo que vale son las fuerzas que restan, el tanque de reserva que tenga cada uno y, claro, el que no tenga, pues perderá lo que ha hecho durante la mayor parte del Giro.
“Hay buenos y malos días. ¡Hoy es uno de esos! ¡La sonrisa sigue! Soy humano y no me da vergüenza”, eso dijo Nibali luego de una jornada para nada buena, porque un desperfecto en su bicicleta lo alejó de acercarse más en la general y ya va de tercero, a 2 minutos 51 segundos del líder.
No hay duda de que Nibali será el hombre atacante; es el que más lo necesita, porque llegó como el máximo candidato y le ha quedado grande el reto.
Chaves también lo intentará, no se quedará quieto, pero los dos saben que el máximo problema que tienen no es su condición, lo duro del recorrido, sino Kruijswijk, que se ve fuerte.
LISANDRO RENGIFO
Redactor de EL TIEMPO
@lisandroabel