El líder de los talibanes afganos, el mulá Mansur, murió en un ataque aéreo con drones estadounidenses en Pakistán, anunciaron este domingo los servicios afganos de inteligencia, lo que fue confirmado por los talibanes.
“Puedo decir, con base en una fuente segura, que el mulá Mansur ya no está en este mundo”, indicó un dirigente talibán.
La muerte del mulá abre un escenario complejo para la sucesión, la cual podría eventualmente complicar aún más la salida negociada al conflicto que vive el país hace 15 años.
Analistas consultados consideran que tres son los hombres mejor posicionados para suceder a Mansur: Sirajudin Haqqani, el mulá Maulawi Obaidullah y el mulá Barader (también conocido como mulá Brother), aunque no descartan tampoco al anterior jefe de la oficina de los talibanes en Catar, Taib Agha, y al hijo del mulá Omar, el mulá Yaquba.
El exdiplomático y analista Ahmad Saedi indicó que aunque Sirajudin Haqqani es más cercano a Pakistán, el mulá Maulawi Obaidullah es el más probable sucesor de Mansur.
En su opinión, la operación militar para acabar con Mansur es un mensaje de Estados Unidos a Pakistán, en momentos en que el proceso de paz lanzado en diciembre pasado por el Grupo a Cuatro (G4) que forman Estados Unidos, China, Pakistán y Afganistán, lucha por sobrevivir y ha redoblado su llamado a una salida negociada pese a los reiterados rechazos a conversar de los talibanes.
“EE. UU. esperaba que Pakistán llevara a los talibanes a la mesa de negociación, como prometió al principio, pero Pakistán no pudo cumplir las promesas que hizo al Grupo a Cuatro”, dijo Saedi.
En su opinión, Pakistán es objetivo de casi todos los reclamos de EE. UU. por la presencia de líderes talibanes en el país.
El director del Centro de Estudios Regionales y Estratégicos (CSRS), Abdul Baqi Amin, indicó que “el grupo de Mansur y Pakistán tratarán de instalar a una persona más cercana a Pakistán que ellos”.
Subrayó que por un lado Afganistán y por otro Pakistán están tratando de dividirlos en grupos para debilitarlos y obligarlos a ir a la mesa de negociación. Por su parte, Pakistán afirmó que el ataque fue “una nueva violación de su soberanía”.
El secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, explicó en Birmania que Mansur era un objetivo porque representaba “una amenaza inminente para el personal norteamericano, los civiles afganos y las fuerzas de seguridad afganas”.
AFP-EFE
Islamabad