La unión del ser humano con su entorno, la necesidad de reconocer como propia esta ciudad cuya historia se ha desvanecido en medio de su crecimiento fueron los menajes de una puesta en escena en San Antonio, en el oeste de Cali.
El tradicional barrio de empinadas calles fue el escenario de ‘Mimesis, cuando los muros hablan’, una iniciativa de estudiantes de cuarto semestre de arquitectura de la San Buenaventura con ciudadanos, que pretende recordarles a los caleños la necesidad de valorar su patrimonio histórico y arquitectónico.
“Las casas tienen un valor, las familias nos permitieron entrar y poder sentir ese sentido de pertenencia. Es importante que los caleños lo sepan, porque hay cosas que se van perdiendo y nadie parece fijarse en eso”, dijo Adriana Mendoza, docente de la San Buenaventura.
El sábado pasado, 10 estudiantes permanecieron 10 horas fusionados a los muros del barrio, a través de la técnica del body painting, entre los inicios de Cali, para llevar el mensaje a los ciudadanos de que el patrimonio es parte fundamental de la historia y la población, por lo que debe conservarse.
La campaña que nació en el aula de clase universitaria recibió el apoyo de la Asesoría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Cali y la Secretaría de Cultura.
La propuesta nace en medio de la controversia en San Antonio sobre un posible cambio en su imagen ante la llegada de negocios. O después de lo ocurrido con el hotel Aristi, complejo cultural que fue adquirido el año pasado por la firma G-50, conformado por 62 comerciantes del centro caleño que inició un proyecto hotelero, propuesta que el Ministerio de Cultura no autorizó luego de que se conociera sobre algunas modificaciones en su estructura, advertidas en dos visitas realizadas por Planeación Municipal.
“Los procesos de los barrios que empiezan a tener gentrificación, son diferentes a cuando se modifican estructuras originales, porque San Antonio tiene bares, restaurantes, teatros, pero también hay residentes de familias, esto quiere decir que es posible lograr cierto equilibrio”, dijo el arquitecto César Londoño.
Londoño agregó que la situación ha sido diferente en lugares como San Fernando y Granada, mientras que el centro de Cali se encuentra desatendido.
“Lo que pasa es que están retirando todo el comercio del centro, lo cual solo atrae un problema social como el del Aristi, ya todo lo están alejando del centro y no están haciendo algo bueno por lo que es el patrimonio caleño”.
Habitantes del sector reclamaron por las pretensiones de reformación en el centro de Cali y otras zonas históricas de la ciudad, ya que la intervención del paisaje afectaría la imagen habitual e histórica de esta capital.
“Se puede hablar de una intervención para que algunas joyas de nuestro patrimonio no se caigan, pero no creo que la solución esté en convertirlo todo en sitios comerciales sin pensar en las familias que han habitado por generaciones en barrios como San Antonio, uno de los sectores de donde nació la Cali que conocemos”, dijo Juliana Ospina, habitante de la zona.
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