Sería triste que después de tantos años de trabajo, de conseguir una partida de 35.000 millones, de diseños minuciosos y de pensarse el lugar como un verdadero centro cultural para los profesionales y los estudiantes, al final no se construyera la Cinemateca que una ciudad como Bogotá se merece y que, según los planes que vienen desde la pasada administración, tenía que empezar a edificarse a comienzos de este año en la calle 19 con la carrera 3.ª.
Por una parte, Bogotá, como lo prueban las carteleras de cine de los periódicos desde hace décadas, ha sido una urbe de cinéfilos. Por otro lado, el equipo de trabajo de la Cinemateca Distrital ha sido serio y juicioso, y ha conseguido, con muy poco, montar una buena biblioteca, echar a andar reconocidas publicaciones, mantener la altísima calidad de la programación e incluso darles un segundo aire a las producciones colombianas, que sufren los rigores de las salas comerciales.
Es comprensible que, desde el punto de vista de la nueva administración, se cuestione la sostenibilidad de la obra y se haga la pregunta de cómo habrá de mantenerse el edificio en caso de que sea construido. Pero tal como se ha afirmado desde el sector de la cinematografía, que, por causa de importantes decisiones estatales y de políticas públicas claras, cada año que pasa se parece más a una industria, se trata de una oportunidad que no se puede desaprovechar.
No es cierto, como se ha dicho, que la actual alcaldía esté echando para atrás los innegables avances del sector cultural de tiempos de la administración precedente. Pero resulta fundamental que, luego de estos primeros cinco meses de ponerse al día en lo que ha estado sucediendo en la cultura bogotana, sea claro que –por ejemplo– se ha comprendido lo importante que sería para una ciudad de ocho millones de habitantes una cinemateca como las de las grandes capitales.
La búsqueda de una alianza con el sector privado para conseguir los 9.000 millones que faltan, que ha sugerido la nueva Secretaría de Cultura, sería una solución venida de lo mejor del gobierno pasado y del actual.
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