Se calcula que en Colombia hay poco más de 30.000 chinos, la mayoría de ellos comerciantes con tiendas en Bogotá, Barranquilla, Cali y Medellín. Algunos tienen cultivos de verduras y frutas en Zipaquirá, que venden en algunos de los 260 restaurantes que operan en Bogotá.
Kenny Tsui, propietario de uno de esos establecimientos y presidente de esa comunidad, habló con EL TIEMPO de la crisis con los vendedores de San Victorino.
¿Han detectado mafias chinas?
No. Últimamente sí ha llegado gente que viene a ver qué oportunidad se presenta. No son comerciantes legales pero viendo que este país es bastante organizado, que tenemos Fiscalía, Policía y organismos de vigilancia, no se han quedado. No son mafias, vienen de forma individual. Solo dos o tres personas llegan a ver qué oportunidad se presenta para hacer cosas raras. De los que se han quedado acá, el 99 por ciento es gente sana. (Lea también: Comerciantes chinos quieren quedarse con el mercado de San Victorino)
¿Las autoridades examinan capitales y personerías jurídicas?
Tienen todo el derecho. La misión de la Policía es investigar y decomisar lo que no es importado de forma legal. Yo me he reunido con las autoridades para trabajar en la vía educativa para que los chinos contraten agentes de aduana serios, legales.
¿Hay lavado de activos?
Lavado de activos no hay. Que yo sepa, no hay. Otra cosa es que a mí me tengan engañado, pero a mí me llegan todos los chismes de la comunidad.
¿Cuál es la situación de la comunidad china?
La comunidad china llegó a finales de los años 50 y comienzos de los 60. Al principio solo eran restaurantes pero con la apertura comenzaron a llegar paisanos que vieron la oportunidad para competir con los productos colombianos.
¿De qué cifras hablamos?
En Colombia hay unas 200 tiendas de las cuales entre 80 y 100 están en Bogotá. Allí se vende ropa, juguetes y mercancías. El 50 por ciento son confecciones pero no hay fábricas. Hay industrias de plásticos, inversionistas en la infraestructura (...). La comunidad china ve a Colombia como un buen mercado en el futuro.
¿Por qué?
Porque a medida que avanza el proceso de paz, se siente más tranquilidad de venir a invertir; mientras que en América Latina, muchos países está sufriendo problemas económicos.
¿Y cuál es el problema con las mercancías?
Han llegado bastantes chinos importadores con la dificultad del idioma y no han podido encontrar agentes de aduana confiables. Los han asesorado mal. Y qué pasa, que una de esas vías no es muy correcta, tiene visos de ilegalidad y hay un manejo raro.
Entonces, ¿cuál es su papel en todo esto?
Pensar en el bienestar de todos los ciudadanos chinos que vienen a Colombia, enseñarles cómo se debe hacer una importación, y que solo utilicen los medios legales. La embajada les ha enseñado que deben cumplir la ley, que si quieren vivir aquí, si quieren montar sus negocios en Colombia, deben cumplir la ley y las normas.
¿Cuántos chinos hay en Bogotá?
De los 30.000 en el país, hay entre 4.000 a 5.000 en Bogotá y en el centro es donde hay más paisanos con restaurantes, comercio y también están regados por toda la ciudad. En Chapinero, en Galerías, en el norte, en sur, en todas partes. Están donde ellos vean negocio, como en San Victorino.
¿Cómo es la cultura de trabajo de su país?
Hace un par de semanas, día domingo, fui a visitar a un amigo mío. Eran las 6 de la tarde y él estaba trabajando. Mi amigo me decía que los compradores que vienen de fuera de Bogotá, como de Facatativá, Fusa, Soacha, no pueden venir entre semana, y por eso abren los domingos. Se trabaja los 365 días del año. Son muy buenos trabajadores y generan buenos empleos.
¿Pero su mercado no desplaza la mano de obra?
No, la importación legal hace progresar al país. La importación sana ayuda a que los empresarios colombianos no abusen de los precios, que tecnifiquen sus empresas, que aumente su nivel de competitividad a nivel internacional.
¿Dónde está la ganancia?
China tiene 1.300 millones de habitantes y lo que queremos vender es volumen, porque en lugar de vender y tener más rentabilidad, lo que hacemos es vender más. Acá (en Colombia) veníamos acostumbrados al monopolio, a la rentabilidad alta, a una mercancía de 10.000 pesos para venderlo a 30.000 o 40.000. Nosotros la ponemos a mejor precio.
¿Cuál es su misión?
Una de las misiones mías es no dejar que lleguen chinos malos. Que los chinos que llegan a Colombia sean chinos sanos.
¿Han sentido rechazo?
No. La gente es muy buena y me considero parte de Colombia. Hoy (este miércoles) estuve en la marcha y quedé sorprendido por el respeto de los comerciantes y estoy muy agradecido.
San Victorino cerró para marchar
Como muy pocas veces sucede, las calles de San Victorino, en donde diariamente miles de personas se dan cita para vender y comprar, estuvieron cerradas, lo mismo que los locales. ¿La razón? Unos 5.000 comerciantes y trabajadores del sector cerraron la mayoría de sus puertas para protestar contra la instalación, compra de bodegas y venta por parte de competidores chinos que desde hace seis meses llegaron para adquirir bodegas masivamente y comerciar. Con camisetas “Yo compro colombiano, ¿y usted?” y pancartas que rechazan el cierre de empresas de confección nacionales, salieron a protestar y pedir garantías de los gobiernos nacional y distrital. (En imágenes: Las protestas de los comerciantes contra negocios chinos en San Victorino)
La protesta se desarrolló pacíficamente, pese a la presencia del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) que llegó al lugar para garantizar el orden público.
“Los cuarenta y cuatro establecimientos chinos han afectado a unos 1.000 trabajadores”, dijo Yansen Estupiñán, uno de los líderes de San Victorino que defiende el comercio nacional y quien asegura que marcharán tantas veces como sea necesario para que se adopten medidas.
Según sus cálculos, unas 35.000 familias, entre comerciantes y trabajadores de manufacturas, viven del comercio de San Victorino.
Las autoridades suelen hacer rutinas para detectar la posible presencia de lavado de activos, contrabando o evasión de impuestos por parte de estos negocios con capital extranjero.
5.000 % crecen importaciones
El alza del dólar y la búsqueda de reducción de costos catapultaron las importaciones chinas así, entre el 2014 y el 2015, según la Universidad del Rosario: calzado impermeable (3.600 %), calzado deportivo (200 %), calzado formal (500 %), cueros (de 2.000 % a 3.500 %), textiles y confecciones (de 2.000 % a 3.500 %), estampados (5.000 %), suéteres (2.000 %), trajes y tejidos de algodón para mujer (de 1.200 a 1.700 %).
BOGOTÁ