De color rojo, azul, amarillo y blanco fue teñido el río Medellín durante las últimas dos semanas. El último se presentó este miércoles y fue ocasionado por el volcamiento de un tanque cisterna que provocó el derramamiento de arcilla sobre carretera y, por consiguiente, esta fue arrojada al cauce del afluente.
Para Luis Alfonso Yepes, consultor independiente, este hecho es evidencia de la falta de falta de cultura ambiental y, a su vez, de lo que la gente cree que puede hacer con el río.
“No hemos podido avanzar en superar la inconciencia ambiental de los ciudadanos de este valle, sobre lo que significa afectar las aguas del río" dijo el defensor del río.
El ambientalista, que todos los días se sube al metro y observa desde allí el afluente y sus irregularidades, contó que las manchas rojas y amarillas de las últimas semanas han sido causadas por empresas gráficas o de producción de telas que arrojan los colorantes al cauce.
Aunque no hay una investigación profunda al respecto, Luis Alfonso Yepes, defensor del río Medellín y estudioso del tema, aseguró que estas sustancias pueden deteriorar el ecosistema en torno al afluente y causar impacto en los animales que tienen allí su hábitat.
Según él, los colorantes contaminan porque además dañan el paisaje del río: “hay empresas que dicen que como son elementos naturales no afectan el medio ambiente. Yo, en cambio, pienso que sí genera una problemática gradísima en el medio ambiente”, dijo.
Lo que dice la norma
En 2011 la empresa Color Química vertió colorante y dejó el río Medellín de rojo por todo un día. Sin embargo, como no había una norma que reglamentara estos vertimientos, no se inició un proceso sancionatorio.
Debido a esto, el Área Metropolitana llevó a cabo el acuerdo 21 de 2012 en el que se previene, prohíbe y sanciona “los vertimientos directos a cuerpos de agua (…) que altere el uso estético para la armonización y embellecimiento del paisaje”.
MEDELLÍN