Noruega atribuyó este miércoles licencias a 13 compañías petroleras en el Ártico, incluyendo una nueva región del mar de Barents hasta ahora totalmente inexplorada, lo que fue criticado por los defensores del medio ambiente, como Greenpeace.
El país escandinavo, que ha visto su producción de petróleo recortarse a la mitad desde el año 2000 y sus ingresos reducirse por los bajos precios del barril, es la primera vez que abre una nueva zona en la industria petrolera desde 1994.
Tres de las diez licencias que cubren un total de 40 bloques están situadas a proximidad inmediata con la frontera marítima con Rusia en una zona que los dos países se han disputado por 40 años hasta llegar a un acuerdo en 2010.
La explotación de dos de ellas, fue propuesta al gigante petrolero nacional Statoil, la tercera a otra empresa noruega, Det norske, con una participación notable de la rusa Lukoil.
"Hoy se abre un nuevo capítulo en la historia de la industria petrolera noruega. Por primera vez desde hace más de 20 años abrimos nuevas zonas de exploración", afirmó Tord Lien, ministro de Petróleo y Energía.
"Esto contribuirá al empleo, al crecimiento y a la creación de valor de Noruega. Ahora le toca al norte del país escribir los nuevos capítulos de la aventura petrolera noruega", agregó Lien.
Gracias al Gulf Stream, las aguas abiertas a la prospección, en especial las que están cerca de Rusia, se consideran con fuerte potencial.
Sin embargo, la decisión ha sido muy criticada por las oenegés medioambientales. "No podemos arriesgarnos a un Deepwater Horizon en el mar de Barents", en referencia al accidente que se produjo en esta plataforma en el Golfo de México en 2010, advirtió Truls Gulowsen, responsable de la filial noruega de Greenpeace, agregando que se trata de una región con un ecosistema variado pero frágil.
AFP Oslo, Noruega