Con sus labios cosidos, más de 300 internos del centro penitenciario Doña Juana, en La Dorada (Caldas), protestan por falta de atención médica, en especial, por dificultades en el acceso a citas con especialistas, así como a cirugías y medicamentos.
"Este es el Guantánamo de Colombia", asegura 'Fabián', uno de los voceros de los presos que hacen parte de la manifestación. Según él, las condiciones de salud de los internos se agravan por el calor propio del municipio, como sucedería en la famosa prisión de Estados Unidos en Cuba.
La crisis en el sistema de salud golpea con fuerza la población carcelaria desde que la EPS Caprecom, que les prestaba esos servicios, fue liquidada al comenzar este año. Para Fabián, la atención provisional que se les está brindando no es suficiente y sus compañeros "dicen que prefieren morir de hambre que por el olvido del Estado".
A pesar de que el lunes pasado se presentó una riña en la que salieron dos personas heridas, tanto Fabián como el director encargado de la cárcel, capitán Álvaro Malagón, aseguran que el comportamiento general de los manifestantes ha sido "completamente pacífico".
Por eso esperan la presencia de funcionarios del orden nacional que atiendan sus peticiones para mejorar la atención, además de otros problemas. Malagón afirma que esa reunión se dará en las próximas horas de este miércoles y los internos la esperan a más tardar para el jueves.
Entre tanto, la directora regional del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), Martha Lucía Fehó Moncada, aseguró que a los internos que están en huelga se les está hidratando tres veces al día.
"Tenemos fe que en los próximos días ya esté la red de salud contratada y no volverá a ser un problema", afirmó la funcionaria. También recordó que la solución está en manos del orden nacional, situación que los presos reconocen.
Sin embargo, la situación solo empezaría a normalizarse a partir de junio próximo.
MANIZALES