La Procuraduría General formuló pliego de cargos contra nueve militares porque habrían cometido posibles faltas disciplinarias graves al omitir presuntamente su deber de control y supervisión en la Compañía Coloso, lo que terminó en la masacre de 10 soldados del Ejército en la vereda Esperanza, de Buenos Aires (Cauca), cometida por las Farc el 14 de abril del año pasado.
El Ministerio Público aseguró que integrantes de esta compañía, presuntamente "por un exceso de confianza en el ambiente creado por la declaración de cese unilateral del fuego anunciado" por las Farc, al parecer "incurrieron en varios, sucesivos y concurrentes actos de indisciplina táctica como el desobedecer órdenes superiores".
Estos errores, dice la Procuraduría, fueron "pernoctar por más de 24 horas en el mismo lugar y luego de ser vistos por la población civil, no implementaron medidas de seguridad". Además, frecuentaron tiendas, cantinas y ventas de comidas, incluso, dice la Procuraduría, "algunos ingirieron bebidas alcohólicas y participaron de juegos de billar".
Esa situación, según el Ministerio Público, "fue aprovechada por las Farc para sorprenderlos y avasallarlos".
Aunque la Procuraduría afirma que "los principales autores intelectuales y materiales de las muertes, lesiones personales y daños" fueron las Farc, asegura que quienes estaban a cargo de estos soldados podrían haber incurrido en una omisión grave o gravísima por no aplicar controles que evitaran la indisciplina en la tropa.
Los llamados a juicio disciplinario son el coronel Pedro Antonio García Vásquez, comandante del Batallón de Combate Terrestre 100, el mayor Andrés Celemín Celis, el coronel Manuel Fernando Celis López, el cabo Rodolfo Díaz Donoso, el cabo primero Wilder Camilo Aguilar, el cabo tercero Merbyn Adrián Jaramillo Marín, el cabo segundo Diego Corredor Montes, el cabo Alfonso Carvajal Cuadros y el cabo Juan de Jesús Torrado León.
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