El Instituto Alexander Von Humboldt y la Fundación Educativa Instituto Experimental José Celestino Mutis son dos colegios barranquilleros que están incluidos en la lista de los mejores planteles educativos de Colombia. El primero es público y el segundo es privado. No tienen los salones de clases más amplios, tampoco modernas bibliotecas, pero ambos tienen la herramienta más importante en educación: calidad académica, aspecto que se puede notar en el escalafón de los mejores colegios colombianos, según cifras publicadas por el Ministerio de Educación.
Debido a esto, surge la pregunta: ¿Existe alguna relación entre el estado de la infraestructura física de una institución educativa y el nivel académico en el que se encuentran sus alumnos?
Para el rector del Colegio Alexander Von Humboldt, José Rodolfo Henao Gil, la calidad educativa está ligada con variables como alimentación, confianza entre padres e hijos y una propuesta metodológica de maestros.
“No asocio calidad con infraestructura. Es posible que eso influya, una infraestructura es importante, pero no es lo que define la calidad. Hay colegios con unas estructuras magníficas y los niveles de calidad son escasamente aceptables”, dice Henao.
En el Humboldt, por cada salón, hay entre 22 y 32 estudiantes recibiendo clases, cifras que son signos de calidad, según cuenta el rector.
“El hecho de que no masifiques el aula hace posible que el maestro esté más pendiente de los estudiantes, haya una interacción más favorable y que los tiempos de las clases sean más productivos”.
Aunque el funcionario reconoce que el colegio no se encuentra en óptimas condiciones, asegura que tampoco está mal, gracias al esfuerzo que los administradores han depositado en la institución.
“En la historia del colegio ha habido momentos en los que se ha tenido que cerrar la biblioteca, porque no hay nadie quien la atienda. Es necesaria una biblioteca de tres pisos para lectura, informática y archivos históricos. Pero ahí está la que tenemos, sencilla”.
Impulsar al Colegio Humboldt a un nivel internacional es el deseo del Gobierno en materia de educación, según manifiesta Henao, pero ni siquiera se ha podido incluir en el sistema de jornada única con la primaria, debido a que no tienen un comedor escolar para 800 estudiantes.
Entre las claves para brindar una buena educación está “una gerencia idónea que emplea muy bien sus recursos, un compromiso de maestros y alumnos que conocen sus proyectos educativos, y los padres de familia están presentes cuando uno los necesita”, expresa.
Por su parte, el rector de la Fundación Educativa Instituto Experimental José Celestino Mutis, Antonio Martínez Charris, confiesa que aunque la institución no goza de la infraestructura física deseada, no ha sido obstáculo al momento de ofrecer un nivel académico y cultural de calidad.
“Más que la infraestructura, el éxito radica en el modelo pedagógico ideado e implementado en esta institución por el fundador y profesor Alberto Assa, en el cual se incentiva un culto al estudio, al aprendizaje y a la formación. Hasta ahora, los resultados de los estudiantes evidencian que el proceso tiene éxito”, asegura Martínez.
Para el rector, la institución, que alberga estudiantes de estratos uno, dos y tres, carece de espacios lúdicos para alumnos, los salones no son ventilados, pero “en buena parte se consigue la acometida de ofrecer una educación de alta calidad”, afirma.
Esta escuela, con una estructura parecida a las antiguas casas que aún siguen en pie en las calles de Barranquilla, tiene a niños y jóvenes de sexto a undécimo distribuidos en las aulas.
En cada una hay entre 31 y 45 alumnos, un pequeño patio que recorren estudiantes y profesores en tiempo de recreo, pero que no les alcanza para cumplir con los compromisos de Educación Física.
“Para las clases de Educación Física desde hace cinco años, la Escuela Normal Superior La Hacienda nos facilita sus espacios, afortunadamente. Antes pasamos por el Colegio Alemán, el Colegio Parrish, también por los parques públicos como el Olaya”.
El dirigente del colegio, quien ya ha conversado con el alcalde de la ciudad para la adquisición de una planta física adecuada, atribuye la generación de buenos resultados al alto nivel del equipo docente, que cuentan con una destacada preparación y trayectoria.
La teoría de Gardner
Según el psicólogo de la Universidad de Harvard, Howard Gardner, factores como obtención de titulaciones y méritos educativos no son decisivos para conocer la inteligencia de una persona. Por eso, ha definido ocho tipos de inteligencia a continuación: inteligencia lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal, intrapersonal, interpersonal y naturalista. En cada una de ellas, las personas se suelen distinguir de los demás.
A raíz de esto, tanto el Colegio Humboldt y el Experimental tienen en cuenta perfiles de los aspirantes a pertenecer a ellos para luego seleccionarlos. Por lo menos en el Alexander Von Humboldt se presentan a la selección 300 niños para 50 cupos disponibles.
“El niño además de cumplir unas condiciones de edad, también debe participar en jornadas lúdicas a las que asisten psicólogos, profesores de motricidad y educación física. Cada 10 minutos pasa un niño por cada espacio en los que se ven lenguaje, interacción social y motricidad fina”.
Mientras que en el Experimental se tienen en cuenta conocimientos y convivencia en los muchachos al momento de la selección.
¿Qué dice el experto?
De acuerdo con el doctor en Psicología Educativa de la Universidad del Norte, Mauricio Herrón, el ambiente de aprendizaje sí tiene impacto en el proceso educativo del alumno, aunque funciona como mediador, pues no tiene un efecto directo.
“De alguna manera, las condiciones de espacio que tú le das al infante van a repercutir en cómo aprenden. Hay que mirar cuál tipo de infraestructura podría ser más favorable en términos de mediación”, expresó.
La voz de los estudiantes
Los estudiantes de undécimo, de ambos colegios, coinciden al afirmar que, tener claro sus objetivos educativos les ha permitido alcanzar importantes resultados, a pesar de no contar con amplios espacios.
“El espacio no es necesario, siempre y cuando se tenga la disposición y la búsqueda de los conocimientos”, opina Angélica Rondón, del Instituto Experimental José Celestino Mutis.
“Hay muchas cosas que deberían mejorar, pero ahí vamos, no nos podemos quedar estancados por el estado del colegio”, resalta Melissa Téllez, del Colegio Alexander Von Humboldt.
Estado adecuado de salones de clase, comedores escolares, bibliotecas, puerta de entrada y salida de los estudiantes: factores a tener en cuenta por las autoridades de la educación en el país, aunque no ha sido motivo de preocupación de estudiantes y profesores en estos colegios al ser destacados a nivel nacional por el Ministerio de Educación.
DEIVIS LÓPEZ ORTEGA
Especial para EL TIEMPO
Barranquilla