El reto de evitar que Bogotá llegue a la inmovilidad implica el desarrollo de megaproyectos únicos en la historia de la ciudad, un mejoramiento considerable en las prácticas cotidianas de gestión de la movilidad y una fuerte dosis de tecnología e innovación.
El Plan de Desarrollo Bogotá Mejor para Todos (PDD) plantea inversiones por cerca de $ 43 billones de pesos para revertir la tendencia actual. Si queremos disminuir los tiempos de viaje, contar con un sistema de transporte público de clase mundial, aumentar, recuperar y transformar la infraestructura hacia una que priorice los modos sostenibles, así como disminuir las muertes en siniestros de tránsito y la contaminación que afecta la salud y contribuye con el cambio climático, se requiere un plan ambicioso que optimice los recursos disponibles y promueva la consecución de otros.
El PDD desarrollará la primera línea del metro de Bogotá, casi duplicará las troncales de TransMilenio existentes y construirá más de 400 km nuevos de vías completas, las cuales prioricen los modos sostenibles. Buscará recuperar la idea del sistema integrado de transporte, en peligro por el fuerte déficit entre costos de funcionamiento del sistema e ingresos percibidos.
Se espera ampliar de manera considerable la red de ciclorrutas, mejorando su conectividad, el estacionamiento y la intermodalidad. Así mismo, se aspira a desarrollar un nuevo sistema semafórico, adecuadamente integrado a un centro de gestión de tráfico que disminuya la congestión en puntos críticos.
La enorme inversión requerida tiene diferentes fuentes de financiación: cupo de endeudamiento, cofinanciación de la red de transporte masivo con el apoyo de la Nación y recursos propios, especialmente generados por la sobretasa a la gasolina. Sin embargo, se requieren nuevos recursos.
Es así como se ha previsto un ambicioso plan de proyectos de participación privada (APP); algunos de los más importantes son los accesos por la Autonorte, la calle 13 y la ALO, así como los ejes oriente-occidente de la av. José Celestino Mutis, la calle 127 y la calle 170.
Adicionalmente, con el valioso apoyo del Concejo de Bogotá se ha creado la empresa Metro, que incluye una fuerte visión de renovación urbana y participación del sector privado en la construcción de sus estaciones, buscando capturar el mayor valor que el metro generará en su entorno para financiar el transporte masivo.
Así mismo, se propone el pago voluntario por exención del pico y placa, como una opción a la compra de un vehículo adicional, muchas veces una moto, que genera una alta accidentalidad y altos costos en el sector salud. El ritmo de crecimiento del parque automotor es importante en la ciudad y esta opción, además de generar recursos, puede frenar la adquisición de un segundo vehículo. Con esto se contribuye a financiar los modos más sostenibles y más utilizados por los usuarios de menores ingresos.
Otras herramientas de gestión de la demanda y generación de nuevos recursos como la contribución a los estacionamientos para el transporte público son fundamentales. El Plan de Desarrollo Nacional ha definido esta nueva fuente para ayudar a los diferentes sistemas del país. En Bogotá, esta herramienta permitirá cobrar de manera diferencial en estacionamientos públicos, con valores mayores donde se tenga una alta congestión, en zonas comerciales.
JUAN PABLO BOCAREJO
Secretario de Movilidad