En el fútbol se ha esparcido como pólvora que anotar un gol es igual a jugar bien, una conclusión que no es correcta y que hace que el deporte más popular del mundo quede reducido a un análisis de una jugada.
En una entrevista a EL TIEMPO, Fernando Uribe dijo que en un partido hizo tres goles y fue escogido la figura del encuentro, y entre risas reconoció que no fue su mejor día, pero que todo mundo se desbordó en elogios para él.
Un gol es meritorio, pero es más valioso cuando el defensa, el volante o el delantero tienen un buen compromiso, independiente si anotan o no.
Y en ese aspecto los delanteros tienen mucha ventaja sobre el resto de sus compañeros, porque cuando hacen un gol se olvidan todas las opciones que pudieron haber desperdiciado o los balones que perdieron, o los malos movimientos que de haberlos hecho bien podrían haber aportado más a su equipo, sin necesidad de haber marcado un gol.
Es cierto que hay partidos cerrados en los que un tanto es definitivo y el que lo hace merece ser distinguido como el mejor de la cancha, pero la invitación es que se evalúen los rendimientos de los jugadores de una manera más completa.
Lápiz y papel…
ANDRÉS FELIPE VIVEROS BERMÚDEZ Redactor de EL TIEMPO @afviveros