La historia no ha terminado, solo está en el capítulo más interesante, por ahora. Dilma Rousseff, la discípula más aventajada del carismático expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, tendrá seis meses para articular su defensa en un juicio político al que llegó por acción, inacción, complicidad o ingenuidad, mientras fue remplazada por su ‘odiado’ vicepresidente Michel Temer.
Un mecanismo legislativo judicial de destitución ha sido la noticia desde diciembre hasta mayo, pero en el último mes ha tenido una velocidad extrema y ha terminado en el retiro temporal de Rousseff de la presidencia.
Solo a un mandatario en la reciente historia brasileña (desde el regreso a la democracia en 1985) se le había aplicado este mecanismo de destitución; fue a Fernando Collor de Mello (actual senador), en 1992.
A continuación explicamos los diez puntos más determinantes en el proceso que redundó en la medida contra la mandataria brasileña.
1. Balances
La acusación que generó el juicio radica en las inconsistencias o ‘maquillajes’ de los balances fiscales del 2014 y el 2015. Según Rousseff, esa conducta no constituye un “crimen de responsabilidad” y fue practicada por sus predecesores en el cargo.
2. Escándalos
El Mensalao y el Lava Jato lesionaron seriamente a todo el mundo político, pero más al PT, incluido Lula, cuyo nombre se asoció a corrupción y malas prácticas.
3. Eduardo Cunha
El expresidente de la Cámara dio curso a la demanda de juicio. El PT lo acusa de haberlo hecho por no recibir protección judicial del Gobierno. Es decir, por ‘venganza’.
4. PMDB
El ‘divorcio’ con el PMDB, partido de Temer, necesario para la gobernabilidad, debilitó a la larga a Dilma, ya que la dejó expuesta en el Congreso, donde el PMDB decidió su suerte.
5. Temer
El vicepresidente Michel Temer, ahora presidente en funciones, comenzó a obrar por los intereses de su partido, el PMDB, al sentirse poco apoyado por Rousseff. La presidenta lo apartó de toda clase de decisión importante y eso facilitó el ‘divorcio’. Esa ruptura con su aliado llevó al final al juicio de destitución.
6. Crisis económica
La recesión golpeó a la economía. En el 2015, el producto interno bruto decreció un 3,8 por ciento. Esto repercutió en el desempleo (8,5) y en la inflación (10,4). Así, muchos de los que habían dejado la pobreza en la era Lula volvieron a ella.
7. Manejo ideológico
Rousseff y el PT no supieron responder con firmeza a los retos planteados y apelaron al discurso de que eran víctimas de un ‘golpe’ como única respuesta a las críticas hechas por la oposición, lo que exacerbó más los ánimos.
8. Falta de acción
El gobierno de Dilma, al verse tan sobrepasado por la mala coyuntura, no actuó con celeridad. Analistas coinciden en que no actuó contra la corrupción, pues esto hubiera conllevado una grave lesión para el PT, con cuadros involucrados tanto en el Mensalao como en el Lava Jato.
9. Protección a Lula
La ‘toalla’ que Dilma le arrojó a Lula al nombrarlo jefe de Gabinete el 16 de marzo cayó mal en la opinión general, reforzada con la revelación de los audios de una conversación sobre el tema. Allí, Dilma parecía querer que Lula evadiera a la justicia, que había ordenado detenerlo temporalmente por el Lava Jato.
10. Mala relación con el empresariado
Gremios empresariales apoyaron el juicio dadas las pésimas relaciones con el Gobierno. Rousseff no continuó la política de buen tacto que tuvo Lula con los empresarios, una política que ayudó al gran crecimiento en la era del PT.
LUIS ALEJANDRO AMAYA E.
Subeditor Internacional
En Twitter: @luisamaya2