Si bien en las últimas horas el presente con respecto al suministro de agua para más de 300.000 personas en Villavicencio mejoró, el futuro todavía es poco alentador.
Gracias a que las aguas de Quebradahonda lograron abrirse paso entre uno de los siete derrumbes detectados en la bocatoma del acueducto principal, hoy la mayoría de barrios cuenta con el líquido.
No obstante, la solución de fondo está lejana, y hoy los 109.000 usuarios de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio (EAAV) dependen de que no llueva en el piedemonte para poder recibir el agua en sus hogares.
Por fortuna, el material que cayó sobre el lecho del afluente no ha comprometido, hasta ahora, el recorrido de la corriente.
Jacobo Matus, gerente de la EAAV, explicó que si vuelve a caer un aguacero como el que obligó a declarar la calamidad pública días atrás, será inminente una nueva suspensión del servicio.
Además, cabe resaltar que el alto nivel de turbiedad por las lluvias, no solo genera problemas en la línea de aducción sino que también hace casi imposible el tratamiento del agua. La EAAV puede tratar el agua hasta con 8.000 unidades de turbiedad y las mediciones recientes cuando hay precipitaciones han llegado hasta 25.000 unidades, es decir, prácticamente lodo.
De hecho, reconoció que es poco lo que se puede hacer por ahora, pues en las zonas de los deslizamientos no es posible el acceso de maquinaria y para evitar nuevas contingencias es necesario aplicar varias estrategias.
“La Alcaldía compró el año pasado 212 hectáreas en la parte alta, sin embargo, descubrimos que aunque ya se pagaron esos predios todavía están ocupados por campesinos que realizan ganadería, labores que debilitan el suelo, en algunas zonas, ya erosionado”, precisó el directivo.
Sostuvo que para garantizar la estabilidad de la zona es necesario adquirir al menos 500 hectáreas más, en las que se deberá reforestar, en especial en las zonas críticas detectadas y además adelantar un programa de guardabosques para evitar invasores.
Los nuevos terrenos para garantizar la protección de la bocatoma costarían al municipio más de 3.000 millones de pesos.
En 20 días retornan estaciones alternas
En un 50 por ciento de avance van las obras de reemplazo e instalación de la tubería que dejó fuera de servicio las estaciones alternas del acueducto Puente Abadía y Bavaria, que suplen la mitad de la demanda de agua cuando la línea principal tiene problemas.
Aunque el gerente de la EAAV, Jacobo Matus afirmó que el contratista está trabajando 24 horas para reparar el daño en el menor tiempo posible, el impacto y la magnitud de la tubería obligará a que las obras tarden veinte días o posiblemente menos.
El pasado lunes un tubo de 34 pulgadas se rompió en el sector La Ye, y también debió ser intervenido.