Al entrar en la plaza de mercado Los Luceros, se nota que el plan para ubicar a los vendedores de frutas, verduras y carnes dentro del lugar, fracasó. De los 121 locales disponibles, no hay ni diez ocupados.
Contrasta con lo que se ve afuera y en los contornos de la edificación, ubicada en el barrio del mismo nombre: puestos de ventas ambulantes y carros con altoparlantes que promocionan todo tipo de productos para la canasta familiar. Los pocos que siguen en la plaza, adecuada en el segundo piso, lidian con desagües que no funcionan.
Seis locales para carnes y pescados, con sus refrigeradores, permanecen en desuso durante la semana. Solo uno es utilizado por un vendedor los sábados, domingos y a veces los lunes. Los otros corren el riesgo de dañarse con el paso de los meses por el desuso.
Nidia Cecilia Prieto atiende un puesto de comida desde 1998, ‘El sazón de charol’. Antes de llegar al local actual, guisaba desayunos y almuerzos en la vieja plaza de mercado, que era de un solo piso y con carpas. Pero el nuevo edificio, cuya construcción contrató la Secretaría de Desarrollo Económico y fue entregada hacia el 2010, la subió a un segundo piso, donde comenzaron a notarse fallas de infraestructura.
En el primer nivel opera la plataforma de logística para mayoristas (frutas, verduras y otros comestibles), que no han tenido tantos inconvenientes.
Hoy, Nidia carga baldados de agua sucia de su lavaplatos, pues los desagües y tubos no funcionan. “Hace dos años está así. Estoy que cierro, porque a mis muchachas y a mí ya nos duele la espalda de tanto cargar. Incontables personas han venido a mirar y no hacen nada”, advierte y señala el tubo abierto por donde cae el agua de desecho a una caneca.
La señora reconoce que debe el arriendo de al menos dos años, pero que en los servicios públicos de agua, luz y gas se mantiene al día. “No pago hasta que me arreglen”, dice.
Otros cinco locales de comidas permanecen cerrados, pues indica, los dueños se cansaron. Los sábados y domingos, dos abren y venden fritanga, pero entre semana solo se ve a Nidia con sus dos empleadas.
El caso de María Jiménez no es menos problemático. Ella y otra vendedora son las únicas que permanecen en el comercio de frutas y verduras; un local que vende matas y flores, así como otro de envases plásticos, son los únicos que atienden cada día. Como la edificación goza de espacios generosos, el Distrito instaló un Cade allí. Quienes llegan a hacer sus diligencias en ese punto de atención al ciudadano, deben pasar por los locales.
“Esto lo hicieron para trabajar organizados, pero muchos han preferido irse afuera, para no pagarle el arriendo al Ipes (Instituto para la Economía Solidaria). Aquí es difícil la venta porque no viene tanta gente”, apunta María, con 30 años en el oficio.
Confiesa que debe un año de arriendo pero que quiere seguir en su local: “Pasó la administración de Petro y no hicieron nada, porque no le molestaban los ambulantes. Ahora vino la de Peñalosa y todavía estamos esperando soluciones”.
Cada mes debe pagar 80.000 pesos por ocupar el espacio que le fue asignado (tiene dos puestos consecutivos). Los contratos de arriendo se vencen este año y quienes deben están a la expectativa de lo que decida el Ipes.
La concejal Lucía Bastidas (Alianza Verde) manifestó su preocupación. Según ella, está en juego la inversión de los 13.745 millones de pesos que se hizo para adecuar el lugar.
La estructura tiene dos responsables: por un lado, la Secretaría de Desarrollo Económico, a cargo del mantenimiento del edificio, incluidos el Cade, la plataforma de mayoristas y la plaza de mercado; por otro, el Ipes, que administra y gestiona lo concerniente a la plaza de mercado, así como los contratos de arrendamiento.
“Los puntos de comida serán reubicados en un sitio por definir. Sobre los casi 100 comerciantes que se fueron ahora se trabajará con la Defensoría del Espacio Público para que vuelvan –o despejen las aceras alrededor–, pues el Distrito ya les ofreció alternativas”, dijo María Gladys Valero, directora del Ipes.
Las deudas de arriendo por locales suman 154 millones de pesos, para lo cual la entidad adelantará planes especiales y acuerdos de pago con los morosos.
Sobre las redes hidráulicas (desagües y alcantarillados), la Secretaría de Desarrollo advirtió que desde la alcaldía de Samuel Moreno el Distrito recibió la estructura con problemas del contratista, que fue la Universidad Distrital: hasta la fecha no se le dio trámite a ninguna reclamación.
Por lo anterior, ahora se realiza un estudio de diagnóstico para reclamar frente a la aseguradora en el segundo semestre del 2016.
“Como se recibió mal, esto ha generado unos costos recurrentes. Cuando se solucionen los problemas de infraestructura, la intención es ofrecerle toda la plataforma a un privado, para que la administre, si está interesado en sacarla adelante”, expuso Freddy Hernando Castro, secretario de Desarrollo Económico.
El funcionario agregó que aparte de la estructura defectuosa, tuvo una mala planeación, pues está a seis cuadras de la vía principal y por ello los camiones con sus productos no pueden acceder al sitio.
FELIPE MOTOA FRANCO
En Twitter @felipemotoa
Redactor de EL TIEMPO