Las malas lenguas es un ave rara en el cine nacional. La película explora un universo que nuestros directores no han abordado con frecuencia –la clase alta bogotana, con sus taras y sus prejuicios–, pero no lo hace con la sorna de quien quiere hacer una burla, sino con el ojo crítico de quien pretende desnudar sus pequeñas grandes tragedias.
El origen de la cinta también es singular: nació del proyecto de grado de Juan Paulo Laserna, quien vio cómo se le crecía la criatura hasta llegar a nuestras pantallas.
La historia gira alrededor de Manuela, una muchacha que vive inmersa en un mundo de gomelos. Todas sus relaciones son tan superficiales, que ni siquiera está enamorada de su novio. El único vínculo que tiene sentido para ella es el de su mejor amiga, quien está a punto de abandonarla para estudiar en el exterior.
Pero todo cambia cuando Manuela se da cuenta de que está embarazada, lo que la llevará a dudar de sus certezas y a confrontar su entorno.
La película constituye una grata sorpresa en dos sentidos. Sara Montoya ofrece una actuación sobresaliente, libre de artilugios y excesos histriónicos, y se echa al hombro una historia que por momentos tiende a estancarse. Sus escenas con Matilde de los Milagros Londoño destilan realismo y están cargadas de una inmensa tensión que termina teniendo un sentido argumental clave.
Lamentablemente sus contrapartes masculinas no funcionan tan bien: las caracterizaciones del novio de Manuela y un viejo amigo de la universidad son bastante flojas, lo que produce unos bajonazos narrativos que dejan la sensación de que en la película hay más de un relleno.
‘Las malas lenguas’ Dirección: Juan Paulo Laserna Con: Sara Montoya, Félix Antequera, Matilde Londoño Clasificación: 12 años