Imagine hacer, por tierra, el trayecto entre Bogotá y Bucaramanga en tan solo 20 minutos. Esa es la clase de velocidad que propone el proyecto Hyperloop, una iniciativa para crear una cápsula que llevaría pasajeros a casi la velocidad del sonido, por un tubo sellado.
La idea ya era bastante futurista, pero este martes tomó visos de película porque la patente presentada para el sistema de propulsión se basa en levitación magnética pasiva.
En otras palabras, el sistema no necesita electricidad para mantener levitando la cápsula, que llegaría a alcanzar los 1.200 kilómetros por hora.
El Hyperloop se beneficia de la combinación de levitación y un ambiente de baja presión de aire, que reducen a casi cero la fricción. La levitación se mantendría gracias a una serie de imanes ubicados en la vía.
Mientras el tren siga moviéndose a una velocidad de unos pocos kilómetros por hora, su cuerpo se mantendrá unos cuantos centímetros sobre la superficie de los imanes. Esto, afirman los promotores del proyecto, lo hará más seguro si falla el suministro eléctrico en el sistema.
Elon Musk, el millonario detrás de Tesla y SpaceX, es el principal promotor de Hyperloop. El empresario anunció que se creará un trayecto de prueba de 8 kilómetros cerca de Las Vegas para probar el sistema, que apunta por ahora a trayectos cortos, en los que sería una alternativa más rápida que los trenes actuales y más limpia que los aviones.
Al pasar de un sistema de electroimanes a uno de levitación magnética pasiva se elimina la necesidad de instalar estaciones a lo largo del recorrido.
Sumado esto al cambio del diseño, que pasó de tubos al vacío a tubos de baja presión, hoy el Hyperloop se perfila como un proyecto menos costoso que cuando Musk lo propuso por primera vez, en el 2013.
La compañía que desarrolla el concepto funciona mayoritariamente gracias al trabajo de alrededor de 500 voluntarios de Tesla, SpaceX, Boeing y la Nasa.