Los 10.000 millones de pesos que el Hospital Universitario del Valle (HUV) factura permiten que áreas como el Banco de Sangre, el laboratorio clínico, radiología y urgencias sigan funcionando.
Con esos dineros también se garantiza que haya medicamentos y que, por ahora, no se repita el panorama del año pasado, cuando familiares de los pacientes llevaban esos medicamentos y hasta jeringas porque al HUV se le agotaban más esos dineros.
Pero el gerente del HUV, Dimas Martínez, reconoce que esos 10.000 millones de pesos son insuficientes (5.900 millones de anticipo del contrato de este año por pacientes sin recursos con la Gobernación).
Necesita, por lo menos, el doble para su sostenimiento cada mes. Es así que vuelve el mismo clamor a las Entidades Promotoras de Salud (EPS): que paguen los 120.000 millones de pesos que le deben al Universitario, de los cuales, 70.000 millones corresponden a las entidades que han sido liquidadas. Por ejemplo, Caprecom debe 48.000 millones de pesos y Calisalud, otros 18.000 millones.
Debido a lo apretado del presupuesto, de acuerdo con el gerente del HUV, sigue el ‘calvario’ para los 2.100 empleados y trabajadores, pues se les adeuda entre dos y tres meses de salarios. Pero a la mayoría les deben marzo y abril, al igual que la prima de Navidad. Hace poco, anotó el gerente Martínez, se pudieron pagar los salarios de febrero. El costo de toda la nómina es de 10.000 millones de pesos.
Por ahora, el proceso anunciado este año por la gobernadora del Valle del Cauca, de que el HUV se acoja a la Ley 550 de reestructuración de pasivos ha permitido, según Martínez, que más cuentas del hospital no sigan siendo embargadas. Pero los embargos que sí están en curso obedecen a unas 50 demandas contra el hospital de parte de proveedores que también reclaman sus pagos.
Con el reciente regreso al HUV del médico Laureano Quintero a la Dirección Médica, Martínez dijo que se trabaja en “una reingeniería de áreas”, sobre todo, aquellas donde se necesita optimizar el recurso humano. Se plantea que si hay médicos y trabajadores que deben laborar ocho horas diarias, que lo hagan y no seis.
A su vez, dijo Martínez, se avanza en la recopilación de información para la Superintendencia de Salud ante la Ley 550 y esperar que un promotor de la entidad se encargue de liderar una junta con los acreedores para establecer el destino del HUV, con el ánimo de que no cierre sus puertas al público.
“Nosotros nos adherimos a ese gran grupo de la población que defiende el hospital, el que recibe los enfermos que no se reciben en otras entidades”.
Al final de este mes, el gerente espera que se finalice el proceso de recopilar la información pertinente para la Superintendencia de Salud. Una vez, esos datos con cierres contables estén en manos de la Súper, Martínez aspira a que en uno o en los dos meses siguientes se empiece a poner en marcha un plan de salvamento del hospital para que salga de la crisis.
Martínez sí cree posible que el HUV puede autosostenerse por facturación de servicios para contar con esos 20.000 millones de pesos mensuales y así seguir operando. Pero sí espera que el Gobierno Nacional esté más firme en que la ley que regula a los estamentos del sistema de salud se cumpla. “Las EPS están obligadas a que cada vez que facturemos deben pagar el 50 por ciento por anticipado y eso no se acata. El Ministerio debe ejercer más control en que las EPS cumplan esas normas y políticas”, expresó.
Reiteró que pese a la crisis, el HUV está atendiendo a 80 pacientes que ingresan cada día. Y hay 623 pacientes hospitalizados.
CALI