Después de 15 años de operación, TransMilenio no solo se consolidó como un sistema masivo de transporte, sino que incorporó al lenguaje de los bogotanos nuevas palabras de uso cotidiano. Ahora es común escuchar entre los usuarios la palabra servicio en lugar de ruta, articulado o TransMilenio para referirse a los buses y la tarjeta inteligente reemplazó al pasaje.
Aunque se ha perdido gran parte de la cultura ciudadana que se aprendió en la alcaldía de Antanas Mockus, aún quedan algunas cosas en la mente de los pasajeros, como el respeto por las sillas azules, y en algunas estaciones y portales se ven las filas para abordar buses.
EL TIEMPO buscó cinco palabras que ya hacen parte del léxico de los usuarios y rescató tres acciones que refrescan esa cultura ciudadana que alguna vez aprendimos.
Lo que se aprendió
Tarjeta inteligente
La tarjeta Tullave de color verde o rojo con la que se ingresa a las estaciones de TM ya hace parte de los elementos que todo bogotano lleva en su billetera. La palabra tarjeta, que se volvió familiar, cambió las de efectivo o monedas usadas hace 15 años. También hay tarjetas para usuarios especiales.
Articulado o TransMilenio
Los articulados rojos hacen parte del paisaje bogotano. Atrás quedó la palabra buses, y hoy los usuarios los nombran como TransMilenio. Fue tanta la novedad que en el 2001 se fabricaron a escala y se convirtieron en el regalo perfecto para Navidad.
Ruta o mapa
El viejo tablero de madera en el que se registraba el trayecto y los barrios por donde pasaba el bus, y era la referencia del pasajero, se cambió por un mapa o una ruta. Hoy se ve a los usuarios buscar en el mapa el expreso o ruta que más les sirve para su destino.
Estación o portales
La palabra paradero se reemplazó por portales, estaciones y vagones. Aunque hoy algunas presentan descuido, deterioro y vandalismo, los usuarios se acostumbraron a esperar allí los buses. Entendieron su uso e identificaron su ruta.
Operador de bus
Con el cambio de la palabra conductor a operador de bus se dignificó y diferenció este oficio. Hoy en día, el uniforme de color gris y su carné los distingue entre los demás usuarios del sistema. De este grupo también hacen parte las mujeres.
La cultura que queda por rescatar
Fila para ingresar
Las filas para ingresar a los buses aún se pueden observar en algunas estaciones como Banderas y Museo Nacional, o en portales como el de las Américas. “Aunque con un sistema tan utilizado y con múltiples servicios en la misma parada, se volvió complejo la idea de filas; sin embargo, aún se ven”, dice Darío Hidalgo, exgerente de TM.
Dejar salir para poder ingresar
Las aglomeraciones de gente, los empujones y el malestar están presentes, aunque no hay que desconocer que se aprendió a dejar salir primero para poder entrar más fácil. Esto es de lo poco que aún se conserva en los buses y estaciones.
Respeto por sillas azules
Entre lo que aún predomina de la cultura ciudadana se halla el respeto por las sillas azules. En mucha ocasiones, así el bus vaya lleno, estos puestos están desocupados, y, si no, se priorizan para personas en condición de discapacidad, adultos mayores o embarazadas.
JOHN CERÓN
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter @CeronBastidas