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Wikimujeres, el furor femenino que se toma las redes

Con casi 26.000 miembros, esta comunidad que nació en Facebook está de moda por su influencia.

Quizá antes de la semana pasada usted no tenía idea de qué es Wikimujeres y quizá tampoco supiera de lo que este grupo de mujeres en Facebook es capaz de hacer. Incluso es probable que aún no lo sepa, pero tal vez sí se enteró de la historia del empresario Felipe Correa, cuya desaparición se hizo viral en las redes sociales, impulsada por la maquinaria que pusieron a andar las integrantes de esta red. Su esposa, María Jimena Díaz, una wikimujer, reportó en el grupo, en la madrugada del 27 de abril, que después de que su marido había quedado de recogerla a las 8 p. m. no había tenido noticias de él y que la preocupación no la dejaba dormir.
Desde esa misma hora, un buen número de las más de 8.000 mujeres que integran ‘Wikimujeres en Colombia’ –el grupo fundacional, que abarca Bogotá–, le dieron una mano a Díaz, no solo con palabras cálidas para tratar de disminuir su zozobra, sino compartiendo en Facebook la foto y algunos datos de contacto en caso de que sus amigos lo vieran en algún lugar. El clímax de la ‘operación’ vino al día siguiente, cuando un tuit y una foto avisaban que a Felipe Correa lo habían visto en el centro de Bogotá, y muchas salieron a la calle y reportaron por qué cuadrantes estaban buscándolo para intentar cubrir, sin cruzarse, el mayor área posible.
La ola de solidaridad resultó sorprendente, incluso para las Wikimujeres, quienes después se enterarían de la muerte del empresario, rodearían a María Jimena y descubrirían, como dice Geraldine Pomato, la fundadora del grupo, que “lo que le duele a una les duele a todas”. Sí, el que parecía un grupo femenino que apenas intercambiaba información, contactos y consejos demostró ser una fuerza real, una comunidad, un sistema.
El éxito en un año
Las han llamado una “sociedad secreta”, una “logia”, una “liga”, un “colectivo feminista” y hasta una “pirámide”, pero Pomato, riéndose un poco, dice que nada de esto es cierto. Si de ella dependiera, le recomendaría a la gente que se quede con la idea de que Wikimujeres, el grupo que en sus manos vio la luz hace un año, es un “espacio para el empoderamiento femenino”.
El contenido que comparten, y al que solo acceden sus miembros –solo mujeres, claro está–, lo conforman recomendaciones de los mejores pediatras, reseñas de panaderías que no utilizan gluten, servicios y productos de empresas pequeñas de las integrantes, artículos sobre salud, alquiler de casas de recreo, anuncios de mascotas perdidas, venta de bienes raíces y un largo etcétera difícil de abarcar, sobre todo siendo hombre, porque allí ellos están prohibidos. De hecho, el estricto manual de convivencia que la misma Pomato redactó, no permite que sus miembros filtren información del grupo al exterior: podría ser causa de expulsión.
Sin embargo, algunas de ellas dan pistas y aseguran que también hay retos: ponerle un sorpresivo “te amo” al esposo/novio en el muro y reportarles a las demás la reacción, para reírse juntas del que preguntó “¿esto es para mí?”, o concluir entre todas cuál se lleva el título al más cursi. Parecido es el caso del reciente #wikihermanoschurros, en el que las wikimujeres subían fotos de sus hermanos para después, entre todas, escoger un top 5 y a un ganador.
También hay un espacio para la denuncia: tal o cual niñera que descuida el coche en el parque por hablar por celular, un hombre que maneja como un guache y hasta un senador de la República (Armando Benedetti) que en un avión prefirió no cambiar la silla con una ‘wikimujer’, a pesar de la petición de ella, que quería sentarse al lado de su hija durante el viaje.
Más allá de lo anecdótico, el grupo ha tomado tanta fuerza que, en palabras de la fundadora, se está convirtiendo en un “movimiento social que rompe ese paradigma cultural que dice que las mujeres compiten todo el tiempo entre sí y son incapaces de apoyarse”. En Bogotá, el punto de inicio, había 8.245 miembros en la noche del viernes. La red ha venido reclutando mujeres cotidianamente y hoy ya son cerca de 26.000, si se suman los subgrupos de otras ciudades de Colombia y de los 20 países en los que las wikimujeres han plantado su bandera.
Esta historia comenzó en abril del año pasado. El objetivo de Pomato estaba bien trazado desde el principio: reunir mujeres que compartieran sus valores, que tuvieran algo que aportarle al grupo y, al mismo tiempo, sirvieran para incluir a otras como ellas. Gratis, sin pagar ningún tipo de membresía. Eso sí, con la posibilidad de que las empresarias que estuvieran emprendiendo proyectos tuvieran un mercado al que hablarle, otras empresas para aliarse y un grupo de apoyo que no solamente les diera la mano comprando, sino que las impulsara con el voz a voz, los ‘me gusta’ y los ‘compartir’ para que los demás las vieran. En otras palabras, un ‘networking’ en el que sus miembros se apoyaran y animaran para la vida diaria.
Daniela Espinosa es un ejemplo de ello. Desde que entró a Wikimujeres, su marca Belén, dedicada a asesorar y decorar espacios de bebés y niños, aumentó su trabajo al punto de que una cuarta parte de sus clientes provienen del grupo. Pomato asegura que ya hay casos de mujeres que han abandonado sus anteriores trabajos porque con sus emprendimientos han llegado a contactarse con grandes distribuidoras o multinacionales que llevan sus productos a otro nivel.
“Cuando sabes que trabajas con otras mujeres que son como tú –dice Daniela Espinosa– hay mucha más confianza y sientes la garantía de que lo haces con gente seria, recomendada y que no te va a quedar mal. En Wikimujeres le hablo directamente a mi target”.
Entonces gana la confianza y el respeto, puntualiza Pomato sobre este grupo, que entre sus integrantes cuenta con personalidades como María Antonia Santos, hija del Presidente de la República; las presentadoras de televisión Claudia Bahamón, Mónica Fonseca y María Fernanda Navia, las actrices Manuela González y Geraldine Civic, la activista Natalia Ponce de León y hasta la cónsul de Colombia en Nueva York, María Isabel Nieto.
El éxito obtenido las ha llevado a organizar bazares con sus productos, como ocurrió a finales del año pasado en Bogotá, y a que en los círculos femeninos el nombre Wikimujeres ya suene como una canción de moda. Sin embargo –hay que decirlo, aunque suene políticamente incorrecto–, no todas tienen cabida: el de Facebook es un ‘secret group’: solamente sus miembros pueden encontrarlo en el buscador y ver sus post.
Las aspirantes a wikimujer deben ser recomendadas por alguna integrante y demostrar que tienen algo que ofrecer al grupo. Por ejemplo, si se trata de hermanas o madres de alguna miembro tienen más posibilidades de entrar, así como si su recomendación proviene de los altos círculos del grupo. Hay otro camino, el más largo, que consiste en tener el suficiente número de amigas adentro. Ese es el principal factor de confianza para decirles “eres de las nuestras”.
El número de amigas requeridas varía de acuerdo con la cantidad de miembros y como Bogotá es el más grande, algunas –que prefieren no dar su nombre– aseguran que deben ser al menos 70. Pero Pomato afirma que no podría lanzarse con una cantidad precisa, aunque reconoce que existe una fórmula matemática de la que no puede hablar “porque sería como revelar el secreto de la Coca Cola”.
Incluso ella misma relata la reciente incorporación de dos mujeres con las que compartió en un foro de emprendimiento de la Cámara de Comercio de Bogotá: sus ideas, su visión y su inteligencia les dieron un ‘pase diplomático’.
Esta selectividad tiene un lado poco amable para cientos de mujeres que han aplicado, pero a las que no les han abierto la puerta. Una de ellas, que no quiso que su nombre se publicara, se mantiene a la espera con alguna esperanza, pero mientras tanto pasa el tiempo en Wiskymujeres, una de las parodias del grupo original, que comparte mayormente chistes, hombres atractivos e incitaciones al desenfreno.
Como medida de protección, Geraldine Pomato ha sabido mantener el grupo cerrado y fiel a su manual. Ella ha pedido expresamente ser quien lleva la vocería, en especial después de que un periódico insinuó que Wikimujeres camina sobre la delgada línea que separa a las empresas multinivel de las pirámides, algo que ella rechaza con vehemencia. Entre las integrantes del grupo corre el rumor de que la esposa o novia de algún directivo de la publicación no había sido aceptada y que dicho artículo era el frío plato de la venganza, parafraseando a Mario Puzo.
Rumores. Por eso muchas de las Wikimujeres consultadas prefieren no dar su nombre. No quieren que un descuido verbal les vaya a generar problemas entre sus pares. La fundadora asegura que en el tiempo que lleva el grupo, han sido expulsadas entre cuatro y cinco miembros por filtrar ‘posteos’ más allá de las fronteras comunales.
No compartir la información que se intercambia del muro de Facebook para adentro es un asunto de confianza. Para el momento de la elaboración de este artículo, ya otro periodista hombre había pedido entrar a ver qué secretos escondían las Wikimujeres, pero su intención sucumbió ante una abrumadora votación que negó su pedido. “¡Imagínate, sería como si entraras a un vestier de mujeres!”, comenta la fundadora, que revela que Aleida, el personaje del caricaturista Vladdo, está en la lista de las ‘rajadas’, por obvias razones.
Potencial empresarial
Muchas se conocen entre sí, pero una buena parte de ellas apenas han visto nombres y fotos de perfil. Sin embargo, relata Pomato, alguna vez una wikimujer compró un extractor de leche materna y lo llevó hasta un restaurante en Chía porque otra miembro de la comunidad ‘posteó’ que estaba en apuros por haber dejado en casa una pieza fundamental del suyo.
¿Qué lleva a un grupo de mujeres que apenas se conocen a tomarse trabajos como este, o a salir a la calle para darle una mano a una esposa preocupada por su marido?
El psiquiatra Jorge Forero, presidente del Instituto para el Desarrollo de la Salud Emocional (Idesem), apunta que “las mujeres tienen un sentido de solidaridad más profundo que el de los hombres. Ancestralmente han sido cuidadoras y son más dadas a ser proteccionistas y a cuidar al ser humano. Hay razones evolutivas y neurobiológicas”.
Pomato opina que en la comunidad las mujeres se validan entre sí, lo que las empodera desde la autoestima y les genera sentido de pertenencia. Conservar esta armonía es la principal misión y por eso en el manual se pide evitar hablar de religión o política, por la susceptibilidad que cargan estos temas, así como evitar exponer las animadversiones personales hacia cualquier integrante, en aras del respeto y la tolerancia.
En su papel de fundadora y administradora, ella es mediadora también de los conflictos que pueden surgir entre las ‘wikis’. Si algún ‘post’ se desborda en polémica, ella está ahí para borrarlo y evitar que el muro se incendie. Se siente una más y no la autoridad, aunque reconoce que es un reto porque “uno no sabe dónde está la objetividad”.
¿Podríamos los hombres llegar a tal nivel de construcción de comunidad en un simple grupo de Facebook, para compartir nuestras inquietudes frente a la paternidad, por ejemplo? “Difícilmente”, responde el doctor Forero: “en su pragmatismo, los hombres somos más dados a resolver las cosas de una manera breve, rápida y eficiente. Las mujeres calculan más los riesgos y por eso el apoyo de otras les sienta tan bien. Los hombres podríamos intentarlo, aunque somos mucho menos propensos a involucrarnos sentimentalmente en este tipo de relaciones”.
El crecimiento y el éxito de Wikimujeres ya le están diciendo a su fundadora que es hora de dar un paso adelante en la consolidación de su marca. Pomato, consciente del potencial de mercado y comercial del grupo, se ha trazado este año como el periodo de arranque de una nueva fase que apunta a convertir el grupo en una empresa autosostenible, que pueda aliarse con fundaciones y grandes marcas para organizar eventos como foros y ferias. Estas actividades coincidirán con la llegada de una aplicación móvil que llevará al grupo a los celulares de sus usuarias.
Hoy, la administración de Wikimujeres requiere alrededor de cinco personas, que será necesario contratarlas pronto, pues su fundadora no da más: “tengo 5.400 solicitudes de entrada pendientes y trabajo 17 horas al día en esto, es mi único trabajo. Muchas creen que no quiero aceptarlas, pero sencillamente esto está desbordando mis capacidades físicas”. Así va creciendo esta comunidad que, como dice otra integrante, “no es solo negocios, ni solo temas rosa, ni solo maternidad, ni solo bromas. Wikimujeres es la vida misma”.
Una líder que viene desde Argentina
Geraldine Pomato nació en Argentina, pero desde hace ocho años vive en Bogotá, está casada y tiene dos hijos pequeños. Es especialista en psicología del consumidor y estudios socioculturales. Al llegar a Colombia notó un vacío en un campo en el que se había hecho fuerte en su país: los grupos femeninos. Así que después de mucho pensar en el mejor camino para comenzar, se lanzó con Wikimujeres, con el fin de crear un espacio para que las mujeres se animaran a desahogarse, conectarse con otras mujeres desconocidas, apoyarse. Hoy el grupo le demanda largas jornadas de trabajo y recibe más de 250 mensajes por ‘inbox’ al día.
DIEGO ALARCÓN
Redacción Domingo
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