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Los profesores que la luchan para lograr su maestría

Docentes hablan del plan de becas que ha beneficiado a 3.282 maestros que ahora cursan sus estudios.

A las 5 de la mañana se levantan. Él hace el desayuno mientras ella despierta a Isabella y a Tatiana, sus hijas de 1 y 12 años de edad.
A mediodía, cuando salen de trabajar, recogen a las niñas y de 3 a 5 de la tarde Nidia se dedica a planear sus clases y a hacer trabajos de la universidad, mientras Andrés comparte con sus hijas. De 5 p. m. a 7 de la noche intercambian roles. A eso de las 12 de la noche, por fin se van a dormir.
Así es la rutina diaria de Nidia Torres y Andrés Romero, una pareja de docentes apasionados por su profesión que están luchando juntos por terminar su maestría en la Universidad de los Andes, como beneficiarios de las becas a la excelencia docente que entrega el Ministerio de Educación.
Están finalizando su segundo semestre y aunque cada que hablan de la maestría ponen un gesto de angustia por todos los compromisos que tienen, reconocen que ha sido una gran oportunidad para ellos, pues de no ser por la beca habría sido más complicado acceder por sus propios medios.
“Esta es una maestría de alto costo porque es de muy buena calidad, de otra manera no habría podido hacerlo y menos en Los Andes, entonces es una gran oportunidad para la familia completa”, afirmó el profesor Romero.
Coinciden también en que la exigencia del programa académico es bastante alta, el agotamiento físico y mental en muchas ocasiones se apodera de ellos e incluso recuerdan que algunos compañeros han tenido que ir al psicólogo porque no aguantan el estrés diario.
Pero el esfuerzo de estos esposos no está enfocado solo en sus clases y trabajos de la maestría, sino que a eso se suma que las instituciones donde trabajan están en la zona rural del municipio de La Vega (Cundinamarca) y que, en el caso de Andrés, es el único docente de la sede, mientras que Nidia trabaja con otra compañera, pero tiene a cargo 17 estudiantes de diferentes grados.
Ambos trabajan en la institución Luis Alfonso Valbuena Ulloa; él, en la vereda El Moro y ella, en Naguy, a 20 minutos de la zona urbana.
“Somos profesores, enfermeros, psicólogos y hasta coordinadores porque no contamos con más personal que nos ayude. Nos toca estar pendientes de todo”, contó Nidia.
Por eso, sus labores diarias se duplican. Tienen que llegar todos los días a preparar sus clases pensando en continuar con los diferentes procesos que adelantan en el aula, pero además hacer tareas de la universidad, ingresar a foros virtuales, estudiar inglés, llevar a Tatiana a sus clases de modelaje y zumba y pasar tiempo con Isabella. Todos los sábados tienen que viajar a Bogotá para asistir a clase.
“Nos toca duro porque son demasiadas cosas por hacer, pero todas nos apasionan y esta maestría nos ha ayudado mucho a reconocer nuestros errores como docentes, adoptar nuevas prácticas pedagógicas y ver el progreso en nuestros alumnos. Los papás también lo notan”, dijo Nidia.
Becas a la excelencia docente es un programa del Ministerio de Educación que tiene como objetivo darles la oportunidad a los profesores para que cursen su maestría de manera gratuita siempre y cuando terminen el programa en dos años, permanezcan otros dos en la institución donde laboran actualmente y desarrollen un proyecto de investigación que pueda aplicarse en su lugar de trabajo.
“Este es un programa muy importante para mejorar la calidad de la educación en Colombia, porque entre más profes preparados tengamos, más motivados estarán para ejercer su profesión y veremos los cambios”, afirmó la ministra de Educación, Gina Parody.
María Eugenia Carlosama es otra docente que está terminando su segundo semestre de la maestría en la Universidad del Cauca. En Popayán dicta lengua castellana en el colegio Alejandro Humboldt y asegura sentirse afortunada de estar estudiando en este momento. “Yo siempre tenía pensado hacer mi maestría pero no había podido ingresar y con esta oportunidad que nos da el Ministerio no la podía desaprovechar. Estoy muy contenta y la calidad del programa es excelente”, concluyó.
Actualmente está en curso el proceso de selección entre los más de 8.000 maestros que se inscribieron en esta segunda convocatoria del año, donde se espera entregar más de 3.500 becas.
“Me siento muy orgullosa de los estudiantes que tenemos en este momento y valoramos mucho el esfuerzo que hacen. Muchos tienen que salir de sus casas a las 3 a. m. para llegar a clase”, afirmó Rosa Guzmán, directora de la maestría en pedagogía de la Universidad de la Sabana.
Nidia y Andrés están muy entusiasmados con terminar su maestría, pues ven una oportunidad para brindar mejor educación a sus alumnos, y afirman que lo hacen porque “estos niños merecen recibir buena educación y tener las mismas oportunidades que todos”.
ANA MARÍA OCORÓ LOZADA
Especial para EL TIEMPO
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