“Estábamos en el segundo piso de la sede del sindicato de Sutimac cuando sentimos una gran explosión y luego una ráfaga de tiros contra uno de los ventanales. Todos nos tiramos al piso y enseguida se escuchó la respuesta de los escoltas. Los míos también reaccionaron. Para mí fueron como 10 minutos de enfrentamientos”.
Así narró la dirigente de la Unión Patriótica (UP) Imelda Daza los detalles del atentado, supuestamente en su contra, ocurrido el pasado viernes.
Los hechos sucedieron a las 7:05 p. m. en la sede del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de los Materiales de Construcción de Cartagena (Sutimac), en el barrio Nuevo Bosque, muy cerca de la zona industrial de Mamonal, hasta donde Daza acudió a un encuentro con líderes sindicales de la región.
Esa noche la dirigente, quien manifestó que nunca había recibido amenazas, contaba con dos carros blindados y tres escoltas. Una vez la policía arribó al lugar, Daza salió fuertemente escoltada junto a su esposo hacía un hotel, en el Centro Histórico de Cartagena.
La dirigente de la UP regresó al país el 21 de junio del 2015, tras un exilio de más de 20 años en Europa.
“Las sospechas de nosotros son que tras este atentado hay enemigos de la paz, los enemigos del proceso: sectores políticos en el país que han intentado torpedear los diálogos, que dicen no estar de acuerdo con lo que se está proponiendo en La Habana, pero que no presentan otra alternativa (...) Circulan la información de que Santos le está entregando el país a las Farc, y eso es falso”, dijo.
Daza se vio obligada a abandonar el país luego de que la Unión Patriótica sufrió una dura arremetida en su contra, en medio de la cual hubo alrededor de 3.000 homicidios.
“Yo creo que esto es un mensaje de terror (...) Estamos organizados. Acabamos de realizar un foro de exiliados retornados y hay la intención de promover el retorno de los colombianos que viven en el exilo, y este es un mensaje para decirnos que no se vale volver a Colombia. Es un mensaje terrorífico a quienes queremos la paz”, agregó.
La dirigente, sin embargo, descartó que toda la derecha esté contra el proceso de paz y afirmó que parte de esta tendencia es “sensata” y quiere paz en el país para disfrutarlo en mejores condiciones, desarrollar su “espíritu empresarial” y explotar regiones ocupadas por la insurgencia.
Y pese a los hechos del viernes, la dirigente de la UP se declaró como una defensora del proceso para terminar el conflicto.
“Nunca el país había tenido una oportunidad como esta para alcanzar la paz y es un momento histórico que tenemos que sacar adelante”, advirtió Daza, quien sostuvo que no tiene aspiraciones políticas ante una eventual firma del fin del conflicto.
Afirmó, eso sí, que aspira a “ayudar a construir la paz” y liderar a las víctimas “para que aprendamos a perdonar. Tenemos que perdonar: para mí lo más importante que se ha conseguido en La Habana es la Comisión de la Verdad”.
En este sentido, afirmó que lo que quiere la UP es saber “quiénes planearon el genocidio”, conocer sus nombres, pero no para que vayan a la cárcel, “pues no queremos más cárceles; necesitamos colegios, centros de salud, obras de infraestructura; queremos saber quiénes son para perdonarlos. Perdonar no quiere decir olvidar, quiere decir perdonar sin odio ni rencor, porque el odio enferma”, aseguró.
Llamado al Eln
En una breve charla con EL TIEMPO, Daza habló sobre el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y le dijo que, “por favor, Colombia urge de una negociación pronta”.
“Si esto no se da, tendríamos una paz coja. Si no hay acuerdo con el Eln, no habrá paz en este país. La paz tiene que ser completa y el acuerdo tiene que ser con toda la insurgencia”, dijo.
JOHN MONTAÑO
Corresponsal de EL TIEMPO
Cartagena