El huracán político que desató Donald Trump al convertir esta semana en inevitable su nominación como candidato presidencial ha dividido el corazón del Partido Republicano, paralizado a algunos de sus líderes, y provocado el rechazo de familias tan influyentes como los Bush y los Reagan, y de otros funcionarios tan importantes como el presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., el republicano Paul Ryan. (Lea también: La duda entre los republicanos: votar o no por Trump)
En una entrevista con la cadena CNN, Ryan, el republicano de más alto rango del Congreso estadounidense, indicó que “todavía” no puede apoyar las aspiraciones del multimillonario, aunque recordó que respaldaría al candidato elegido por los votantes.
“No quiero subestimar lo que ha logrado (Trump), pero esperamos que nuestro candidato aspire a ser (Abraham) Lincoln y (Ronald) Reagan (...). Alguien que llame a una gran mayoría de los estadounidenses”, dijo Ryan, quien ocupa el tercer cargo político más importante de EE. UU., después de la Presidencia y la Vicepresidencia.
Y es que el rechazo de algunas ‘vacas sagradas’ del partido ha sido evidente desde el pasado miércoles tras el destacable triunfo de Trump en las primarias de Indiana.
“Buena suerte”, escribió en Twitter Michael Reagan, hijo del expresidente Ronald Reagan, autor de ‘la revolución conservadora’ que devolvió a la Casa Blanca a los republicanos y acuñó la identidad del partido sobre el libre mercado. (Además: ¿Qué dijo Trump de la renuncia de Ted Cruz?)
Los expresidentes George H. W. Bush (1989-1993) y George W. Bush (2001-2009) también descartaron apoyarlo y tienen previsto guardar silencio durante la campaña que previsiblemente enfrentará a Trump con la demócrata Clinton.
De igual forma, muchos legisladores no han dudado en ‘alzarse en armas’ ante el peligro de que sus propuestas les hagan perder su escaño en la Cámara de Representantes o el Senado en noviembre, cuando también se celebran elecciones legislativas.
“Si nominamos a Trump, vamos a destruirnos... Y lo tendremos merecido”, escribió en Twitter el senador Lindsey Graham. Entre los legisladores de la Cámara baja que se oponen a Trump se destaca Carlos Curbelo, republicano de origen cubano que representa a un distrito del sur de Florida con mucha población latina y que rechaza las propuestas del magnate para deportar a todos los indocumentados del país o construir un muro entre México y EE. UU.
Pero no todo es negativo para el magnate, pues ese voto contra la élite política republicana de millones de personas llevó esta semana al presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, a reconocer que lo “más probable” es que el magnate sea declarado candidato en la convención del partido en julio.
A diferencia de Ryan, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo que respaldará a Trump e instó al resto de su partido a unirse en torno a él para vencer a los demócratas. “Me he comprometido a apoyar al candidato elegido por los votantes republicanos, y Donald Trump es el presunto candidato y está a punto de alzarse con la nominación”, dijo McConnell.
Mientras tanto, el magnate sigue generando polémica con sus acciones, como este jueves, 5 de mayo, un día de fiesta para los mexicanos en Estados Unidos, cuando publicó en Twitter una foto de sí mismo con un plato hecho de maíz y el mensaje ‘Amo a los latinos’.
AFP/EFE