Han pasado casi cuatro años desde el estreno de la última película de la serie de Harry Potter y casi 10 desde la publicación del último libro de J. K. Rowling, pero la popularidad del joven mago y su universo persisten en el consciente colectivo.
Una prueba de ello se vio hace unas semanas en la inauguración de The Wizarding World of Harry Potter, la nueva atracción del parque de Universal, en Los Ángeles. Las boletas para la apertura, el 7 de abril, se agotaron y el parque tuvo que suspender las ventas de entradas en línea. Los fans estaban ansiosos por ver la nueva réplica de Hogsmeade (el parque Island of Adventure, de Universal, en Orlando ya tiene una desde el 2010), el pintoresco pueblito cerca de Hogwarts que Harry y sus amigos visitan con frecuencia en la serie.
Hollywood es experto en convertir en realidad cualquier fantasía, y la atracción de Harry Potter en Los Ángeles no es la excepción. Tras cruzar el gran portal con marco de hierro, los visitantes son transportados al mágico mundo de Harry Potter. La imagen es digna de postal: un callejón empedrado, delineado con tiendas y restaurantes de contornos irregulares, la estación del tren Hogwarts Express a la derecha, y al fondo el imponente castillo de Hogwarts. Para completar el cuadro, la banda sonora de la película, compuesta por John Williams, es reproducida constantemente, y en el trasfondo al volumen perfecto.
Los visitantes tienen dos opciones: pasar directo al castillo, donde se encuentra la principal atracción, The Forbidden Journey (algo así como El viaje prohibido), o recorrer el callejón en orden.
La gran mayoría escoge lo primero, lo que da como resultado filas particularmente largas, pero esa es la naturaleza de los parques temáticos. La cola es entretenida porque se hace dentro de la réplica de la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería.
Los visitantes van avanzando por pasillos de piedra en cuyos costados se pueden ver los salones de clase, los dormitorios del internado y hasta la oficina de Dumbledore, algunos decorados con elementos de utilería usados en las películas. Los actores de la serie hacen su aparición en cuadros animados que cuelgan de las paredes.
En el centro del castillo está The Forbidden Journey, donde los visitantes se suben a una montaña rusa cubierta, desde la que tendrán la oportunidad de volar con Harry (el actor Daniel Radcliffe) en un espectáculo de inmersión en 3D que incluye un partido de quidditch, un encuentro cercano con dementores y, por supuesto, el auto Ford de los Weasleys.
Universal presenta la atracción por primera vez en tercera dimensión, lo que le añade una dosis de realismo. Los que se marean con facilidad deben tener en cuenta que hay varios movimientos y giros rápidos. Para la mayoría, la emoción justifica la larga fila, e incluso muchos repinten la atracción de inmediato.
Luego del viaje en escoba con Harry, los visitantes pueden seguir a Flight of the Hippogriff, la primera montaña rusa al aire libre de Universal Hollywood. En esta atracción, los visitantes se encuentran con Hagrid, el guardabosques semigigante de Hogwarts, quien da lecciones en video de cómo acercarse a un hipogrifo. La elevación y emoción de la montaña se ubican en el nivel moderado.
A lo largo de la calle principal de Hogsmeade hay tiendas que son imperdibles, como Ollivanders. Es el local de varitas mágicas donde se puede conseguir la réplica de las usadas por cada uno de los personajes de la serie.
CLAUDIA SANDOVAL GÓMEZ
Especial para Viajar