La llamada tomó por sorpresa a Philippe Le Guay: tenía 20 minutos para empacar y salir del hotel en Caracas. Allí había sido el invitado central de la edición 30 del Festival de Cine Francés en Venezuela. Sin embargo, atendió la entrevista.
“Debo confesarte que me costó mucho trabajo empezar a escribir el guion”, cuenta Le Guay acerca de su más reciente producción, Florida, que se estrena este jueves.
“En mi cabeza rondaron durante muchos días las imágenes de la obra de teatro –El padre, montaje en el cual se basa el filme–. Fue en un viaje en avión, junto con el coautor del guion, Jérôme Tonnerre, cuando se nos ocurrió ponerles movimiento. Así nació la película”.
Florida se centra en la historia de Claude, un hombre octogenario que va perdiendo la noción entre la realidad y la fantasía debido a la demencia senil que empieza a manifestar el mal de Alzheimer que padece.
La obsesión por hacer un viaje a Florida (EE. UU.) y la poco cariñosa relación con su hija Alice (Sandrine Kiberlain) son los ejes de la película que plasma la dulzura y el patetismo que inspira su protagonista, interpretado con maestría por el veterano Jean Rochefort.
“Los actores no son recitadores de líneas, ellos son la inspiración de los personajes que ves en la pantalla. Me encanta ese momento en el que cada uno le imprime su sello al rol (...). Con Jean fue una mezcla de fantasía, humor y drama, sumado a ese toque de elegancia que solamente él podía inspirar”, comenta el realizador galo acerca del intérprete, ganador de tres premios César (a lo mejor del cine francés) y del galardón de la audiencia en el Festival de Venecia por su personaje en El hombre del tren (del director Patrice Leconte).
“Estoy seguro de que ningún actor hubiera hecho algo siquiera parecido a lo que logró Jean en Florida”, agrega Le Guay, recordado por películas como Molière en bicicleta y Las mujeres del sexto piso (en la que actuaron las españolas Carmen Maura y Lola Dueñas).
El siguiente proyecto del cineasta, nacido en París hace 59 años, se filmará en Normandía y será “una historia muy francesa”, adelanta, después de comentar su experiencia de rodar durante unos días en Estados Unidos.
“Fue muy divertido porque estuvimos en una autopista, siguiendo la acción de los protagonistas en dos carros más. Para Jean fue su primera vez en este país. Nos sentimos como en Hollywood”, se ríe.
Le Guay tiene que colgar. El cineasta se despide, haciendo alusión a una receta, al revelar un par de condimentos que siempre usa en sus historias antes de cocinarlas.
“Humor y drama. Me encanta hallar ese balance en todas mis películas. Al final es el espectador quien decide si llora o se ríe; tal cual sucede en la vida real”.
SOFÍA GÓMEZ G.
Cultura y Entretenimiento