En la mañana de ayer un fuerte estruendo despertó a los habitantes de la Calle Segunda de La Magdalena, en el barrio Getsemaní, pleno Centro Histórico de Cartagena.
Úrsula, vendedora nocturna de cigarrillos, y habitante de uno de los moteles del deteriorado callejón, donde se están ejecutando al menos cuatro obras, entre ellas la de un hotel de lujo, pensó que se trataba de un trasteo que estaba siendo maltratado por los camioneros que se estacionan desde temprano a un costado del Parque del Centenario.
Se dio la vuelta y siguió durmiendo.
Sin embargo, un nuevo sacudón la sacó de las cobijas.
“Pensé que se había caído la casa donde vivo que es vieja y le truena todo”, dijo sobresaltada doña Úrsula.
Una vieja casona de tres pisos, ubicada a escasos cinco metros del motel donde duerme Úrsula, y vecina de la construcción del que promete ser el gran hotel de lujo de la ciudad, se desplomó.
“Fue una estructura antigua la que colapsó. Ahí unos obreros venían haciendo un sótano de aproximadamente cuatro metros de profundidad. Cuando la estructura colapsó se llevó dos postes de la luz, y a pesar de que no hubo heridos, si hubo daños materiales en locaciones vecinas y en varios carros que estaban estacionados al lado del Parque del Centenario”, explicó José Magallanes, comandante del Cuerpo de Bomberos de Cartagena.
Getsemaní sin luz
La zona estuvo sin luz todo el día, y según Electricaribe, 1.839 viviendas fueron las afectadas con la emergencia.
Los sectores que padecieron por el apagón fueron Getsemaní, El Espinal y El Centro Histórico.
Varios edificios aledaños fueron evacuados preventivamente.
“Esta era una edificación que había sido abandonada hace más de 20 años y en la cual el agua filtrada fue debilitando la estructura. Primero se desplomó una pared, lo que permitió alertar a la comunidad y tomar medidas antes de que se cayera totalmente la estructura”, explico Carlos Rojas, arquitecto de la obra desplomada.
Ante la situación, el personero de Cartagena, William Matson Ospino, hizo un llamado al Distrito para que ejecute un riguroso control urbanístico.
“En el Centro Histórico no se están haciendo los controles urbanísticos de rigor por personal profesional, y en muchos proyectos están construyendo sótanos en viejas casonas que nunca han estado habilitadas para ello”, dijo Matson Ospino, quien recordó un episodio ocurrido en la sede de la Secretaria de Educación del Distrito, que estuvo a punto de caerse por cuenta de una obra vecina para la construcción de un sótano en una casa colonial.
Según la División de Patrimonio del IPCC, las obras que se realizaban en la casa que colapsó habían sido aprobadas en septiembre pasado por el Comité Técnico de Patrimonio. @PilotodeCometas
JOHN MONTAÑO
Cartagena