Tres proyectos, que debieron ejecutarse y no se hicieron, ilustran el lío que enfrenta Bogotá, que ahora tendrá que pagar más por obras planeadas hace 15 años.
1. Troncal de la carrera 7.ª
En el 2010, la administración de entonces firmó un contrato para construir la troncal de la carrera 7.ª por 86.000 millones de pesos. La administración de Gustavo Petro decidió liquidar el contrato, y ahora el alcalde Enrique Peñalosa quiere revivir la construcción de esa troncal a través una alianza público-privada (APP).
Por ahora no se conoce cuál será el costo de la obra, aunque la Alcaldía ha dicho que no iría de la calle 34 a la 72, como establecía el contrato firmado en el 2010, sino hasta la calle 170.
2. Troncal de la avenida Boyacá.
Esta vía fue concebida en 1998 para unir la ciudad por el occidente, con una extensión de 34,4 kilómetros desde Yomasa, en Usme, hasta la calle 170 con autopista Norte, en Suba.
La pasada administración hizo estudios en casa y redujo el recorrido a 28,7 kilómetros, es decir, hasta la calle 137K, y también licitó exclusivamente la construcción del carril de TransMilenio, sin estaciones, por 1,2 billones de pesos. El actual gobierno suspendió el proceso y no ha definido lo que hará con esta obra.
3. La ALO
La Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) nunca ha tenido cierre financiero, ni cuando iba hasta la 170 ni hoy. Desde el 2001 está planeada la construcción del tramo que va de Soacha a la calle 13, pero hasta ahora no se ha definido. Hoy, la Administración planea que se construya por APP, pero su costo definitivo está sin definir.
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