Cinco días después del fuerte aguacero que dejó, según cifras oficiales, cerca de 400 familias afectadas, todavía varias secuelas que no se han podido terminar de atender.
Una de ellas, y quizás la más compleja, tiene que ver con la eventual reubicación de quienes prácticamente lo perdieron todo.
Juan Carlos Guzmán, jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo, indicó que de acuerdo con el último registro, realizado el pasado domingo, hay 250 personas todavía en albergues localizados en diferentes sectores de la ciudad.
No obstante, fuentes oficiales manifestaron que algunos afectados, menos golpeados por el invierno, procedían ayer a retornar a sus hogares.
Precisamente, el funcionario manifestó que ayer, con el apoyo de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, realizaron la entrega de 500 paquetes de ayuda entre kit de aseo, cocina, alimentos, frazadas, colchonetas, entre otros.
Paralelamente, adelantan la consolidación del censo de damnificados, pues en algunas zonas la situación reviste alto riesgo por la fragilidad del terreno y no se descarta una eventual reubicación.
Además, destacó que al menos 150 miembros del Ejército están colaborando con la atención a los damnificados y las obras que permitan rehabilitar vías y zonas afectadas.
Si bien el alcalde Wílmar Barbosa, luego de realizar un sobrevuelo por los puntos críticos, reconoció que el nivel que varios afluentes ha disminuido en las últimas horas, pudo evidenciar que la situación aún es crítica y no en vano fue necesaria la declaratoria de calamidad pública.
Ayer, por desprendimiento de material rocoso, fue necesario evacuar nuevamente la Universidad Minuto de Dios, sede centro, cuyas instalaciones están a escasos metros del cerro El Redentor, al cual meses atrás se le desprendió una porción importante, también en invierno. En ese entonces obligó a desalojar una vivienda contigua.
Vanguardia, en jaque por acueducto dañado
Aparte de los daños que los aguaceros generaron en la línea principal del acueducto –ya superados– y en las subestaciones alternas de abastecimiento para la ciudad –cuya reparación provisional tardará mínimo 15 días–, también generaron inconvenientes en algunos acueductos como el de la vereda Vanguardia.
Jacobo Matus, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio (EAAV), manifestó que son al menos 500 usuarios afectados porque la creciente perjudicó la línea de conducción.
El directivo manifestó que como medida transitoria quedó acordado el envío de un carrotanque para proveer del líquido a los residentes de la zona.
También se dispuso la instalación de tanques para conectarlos a la tubería y así tener flujo de agua constante, así sea con baja presión.
Reiteró la voluntad del Gobierno local de apoyar “en lo posible” con la reconstrucción de parte del sistema que quedó fuera de servicio por la ‘bombada’ de lodo y piedras, pues las obras demandarán una notable inversión de recursos.
LLANO SIE7E DÍAS