“Se trata de tener la fuerza de levantarse y hacer algo. Muchas veces el primer intento es el más difícil, pero una vez que lo has hecho es más fácil”, dijo este domingo Jody Williams, premio Nobel de Paz 1997, al responder la pregunta que le hizo el cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos.
La nobel estadounidense visitó la Feria del Libro y habló sobre el papel de la sociedad civil en la resolución de los conflictos armados.
“Cada uno de nosotros es capaz de tomar una decisión, de cambiar. Si usted quiere cambiar las cosas quejarse en un bar o en la casa no es una estrategia de cambio”, dijo Williams.
Una de las características de esta mujer es que habla con desfachatez, se considera una hippie, vive en el desconocido pueblo de Putney de tan solo 2.000 habitantes en el estado de Vermont (Estados Unidos) y suelta palabras soeces a destajo para expresar sus ideas, declaró en Guatemala, por ejemplo, hace dos semanas, que “la justicia nunca es un acto de venganza. Debe ser aplicada para que no se repitan las barbaries que se han cometido”.
Mucha indignación, pero poca acción
“Tanta indignación en el mundo es un gasto de energía. La indignación no cambia nada. Es simple, hay que apsara a los hechos”, dijo la premio Nobel.
‘Luego de la firma de la paz, el país no cambiará al día siguiente’
“Tanta indignación en el mundo es un gasto de energía. La indignación no cambia nada. Es simple, hay que apsara a los hechos”, dijo la premio Nobel sobre el proceso de paz colombiano, quien precisó que la única forma de que el país tenga paz es a través de la participación de toda la sociedad civil.
“Luego de un conflicto armado de 5 décadas la gente quiere una paz exprés, pero eso no es posible. Para hacer un acuerdo hay que fijarse en el detalle de muchas cosas (…) si no lo hacen bien el camino hacia la paz a la paz sostenible no dará resultado. Luego de la firma de la paz, el país no cambiará al día siguiente”, afirmó la también escritora.
“Después de una firma no llegará la paz como un ángel del cielo. Eso es un proceso que se hace día, tras día. Cada persona que quiera paz debe participar en la implementación del acuerdo”, dijo en la Feria del Libro.
La posición política de Williams se ubica a favor de la rectitud de la justicia. Por eso, parte de su esfuerzo lo ha invertido en ubicación y desmantelamiento de las minas antipersonal. De hecho, en 1992 esta mujer lanzó la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona, en coordinación con seis ONG.
Esta fue una iniciativa que cobró una fuerza extraordinaria y terminó integrando a 1.300 organizaciones de 95 países hasta el punto de conseguir que en 1997 se firmara el Tratado de Ottawa, que prohíbe desde entonces el uso de las minas antipersonales. Colombia es el segundo país más afectado en el mundo por el tema, aún hoy, después de Afganistán.
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