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Me lanzo de 'youtuber'

Todos podemos ser uno. Por ejemplo, los políticos son 'youtubers'. Álvaro Uribe es el número uno.

Luis Noé Ochoa
El sábado pasado iba yo para la Feria del Libro, muy tieso y muy majo. “Muchacho, no salgas, me grita Julieta, pues hay un youtuber, no hay ni una boleta”. Pues ‘you tuver’ que no ir. Después vino la polémica absurda porque Germán Garmendia agotó las entradas y casi opaca a grandes plumas.
“Qué exitazo, güeón”, dirían los chilenos. Germán es el man y es el octavo youtuber más famoso del mundo, a quien vinieron a ver muchachos de varias partes del país, y a que les firmara el libro 'Chupaelperro'.
¿Quiénes son los youtubers? Son jóvenes pilos –Garmendia tiene 26 años– que, por medio de la plataforma de videos, comienzan a mostrar el día a día –pendejadas a veces–, opinan –algunos con seriedad y conocimiento–, dan consejos a los adolescentes, enseñan, cantan, bailan, tocan, actúan y dicen lo que los niños y jóvenes quieren oír, hasta que se van volviendo sus ídolos y terminan con trabajo de producción y con todo un equipo detrás.
Es el caso del chileno, cuyo sitio es una obviedad: 'HolaSoyGerman'. Así, sencillo. Pero tiene más de 27 millones de seguidores y hace babear a los políticos. Y si sube un video, en un día puede ser visto por 2 millones de personas, y ganar, ese mismo día, con el sudor de sus redes, hasta 15.000 dólares. Ahí sí ya suena a genialidad económica. La red es el negocio, socio. Porque vi a otro, un sueco, 'PewDiePie', que se gana 4.000 euros diarios sentado, porque a ellos les pagan por la entrada al sitio y por publicidad. Y las editoriales, con todo el derecho, los contratan.
Y pensar que todos podemos. Por ejemplo, los políticos son youtubers. Álvaro Uribe, que puede ser 'HolaSoyAlvaroUribe', ya no agotará las boletas en la feria, pero es el número uno. No canta, tal vez declama, pero debería cantar. Empezó con trinos, tiene un equipo como el de 'HolaSoyGerman' y ya pone videos. Con carita de pobre, dice que tiene un ahorrito de 150.000 dólares en el exterior. Y podría escribir el libro 'Ledoyenlacaramaricaperro'. Y se dispararía en seguidores si apoyara el proceso de paz.
Sí, todos los políticos son youtubers. El problema es la credibilidad, y que los sigan los jóvenes es cada vez más difícil porque se necesita ser sincero y espontáneo, no político.
Cuando fundamos mi partido político, el Polvo Democrático, debí haber abierto el sitio 'HolaSoyTuPolvo'. Allí les habría mostrado a mis fans las virtudes de mi movimiento. El programa, opiniones sobre por qué la paz negociada, el campo verde, el ganado, y los campesinos bramando de hambre. Y humor del negro, como diría Steve Harvey, tomarle el peluquín al xenófobo Donald Trumpa de elefante.
Las redes son un mundo, y para todos. Por ejemplo, ‘Antonio García’, del Eln, ahora podría hacer de youtuber y explicar cómo es que hacen cínicos trueques de secuestrados. Y anunciar liberaciones. Que monten un video de una cadena sin candado y los secuestrados volviendo a la vida. Le llegarán miles de seguidores al proceso, del que, con toda razón, dijo el Presidente que no arranca hasta que cesen estas tropelías y la burla.
Volviendo a los youtubers de verdad, no se necesita sociología para saber la clave del éxito. Es que ellos copan la soledad de niños y adolescentes. Les hablan de lo que no se trata en la casa, porque la familia está en la red, pero cada uno por su lado, y ni siquiera se miran la 'face', ni se hablan, ni se abrazan. Y los jóvenes necesitan amigos.
Los youtubers no son escritores. Seguramente algunos por sintaxis entienden que es un día de lluvia en Bogotá, en que toca pedir Uber, pero son amigos, responden y escuchan. ¿Qué tal los grandes escritores youtubers? Yo no soy escritor, pero, como dice una amiga: “Me dan unas ganas...”. Me lanzo.
Luis Noé Ochoa
luioch@eltiempo.com.co
Luis Noé Ochoa
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