El 17 de diciembre de 2014 los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro anunciaron la puesta en marcha de medidas con las que iniciarían una nueva era en las relaciones bilaterales, rotas en 1961, dos años después de la llegada del comunismo a la isla tras el triunfo de la revolución.
Obama anunció la liberación y repatriación de tres agentes cubanos y por parte de La Habana se anunció un gesto similar con el contratista Alan Gross.
El presidente estadounidense dijo que se reabriría la embajada en La Habana y se enviarían funcionarios para hablar e implementar programas de cooperación en materia de salud, migración, contraterrorismo, y narcotráfico, entre otros.
Asimismo, Washington revisaría el estatus de Cuba como Estado que apoya al terrorismo y se le abriría la oportunidad de que los estadounidenses viajen a Cuba y hagan uso de sus tarjetas de crédito y débito en la isla.
Igualmente, se incrementaría el límite de dinero que puede ser enviada a Cuba en remesas y la remoción de estos límites en transacciones destinadas a proyectos humanitarios. También se buscaría facilitar la exportación de productos estadounidenses hacia Cuba.
Hoy, el tema más espinoso y en el que hay una gran incógnita es el futuro del embargo económico a Cuba, que necesariamente debe ser estudiado por el Congreso estadounidense y donde no parece existir una posición mayoritaria a remover esta barrera.
Conozca cuáles han sido los principales cambios reales en esta nueva relación entre la superpotencia y la isla comunista, que a pesar de no querer cambiar su modelo económico ni su política, sí ha mostrado apertura hacia el capital extranjero:
1. El más importante fue el acuerdo rubricado en La Habana el 16 de febrero para la restauración, después de más de cinco décadas, de los vuelos comerciales directos, que comenzarán el próximo otoño. Se permitirán hasta 20 vuelos diarios desde Estados Unidos a La Habana y 10 más a otros nueve aeropuertos internacionales cubanos, entre ellos Santiago de Cuba, Manzanillo y Camagüey, lo que representa un potencial de más de cien conexiones aéreas diarias.
Estados Unidos abrió inmediatamente el proceso de licitación para las aerolíneas norteamericanas interesadas, que presentaron muchas más solicitudes de las acordadas. De ese proceso queda fuera, por ahora, la estatal Cubana de Aviación debido a litigios en Estados Unidos, que podrían llevar a que sus bienes fueran embargados si entran en territorio norteamericano.
Ese acuerdo conllevará un aumento exponencial en el flujo de visitantes estadounidenses a la isla, máxime ahora que Washington ha aprobado una nueva flexibilización en las condiciones de los viajes de sus ciudadanos a Cuba, a pesar de que en Estados Unidos sigue prohibido viajar de turismo al país caribeño.
2. Otro destacado avance ha sido el acuerdo para restaurar el servicio postal directo, que ha quedado abierto formalmente esta semana a pocos días de la visita de Obama a Cuba, con un vuelo inaugural procedente de Miami.
Los vuelos postales Miami-La Habana, que acercan a los cubanos con familiares y amigos viviendo al otro lado del estrecho de La Florida, tendrán una frecuencia de tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes) con tres toneladas de carga en cada viaje, desde el 25 de marzo.
Los envíos de correos entre los dos países se suspendieron en 1968 tras la explosión de una bomba proveniente de Nueva York en un alijo postal. Durante décadas el enlace postal entre Cuba y Estados Unidos se hizo por un tercer país y las negociaciones para regularizar el servicio directo comenzaron en 2009, pero quedaron interrumpidas varios años hasta que se retomaron en 2013.
3. Además de estos acuerdos, el deshielo ha propiciado también los primeros convenios empresariales en materia de telecomunicaciones, en concreto entre el monopolio cubano ETECSA y las compañías IDT Domestic Telecom (interconexión directa para llamadas de voz, suscrito en febrero de 2015), y con las operadoras Sprint y Verizon para "roaming" de tráfico de voz.
Durante la visita de Obama a Cuba, viajarán también empresas norteamericanas como la firma AT&T, la segunda del país, que espera lograr otro acuerdo de itinerancia con ETECSA.
4. Tiene también especial simbolismo la autorización que ha logrado Cleber del Departamento del Tesoro de su país y de las autoridades cubanas para instalarse en el país caribeño: será la primera empresa estadounidense que operará en la isla en más de 50 años. Esta empresa de tractores con sede en Alabama planea construir una planta de ensamblaje para sus tractores en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), el megaproyecto del Gobierno cubano para atraer inversión extranjera, con el objetivo de vender vehículos agrícolas fabricados en Cuba desde el primer trimestre de 2017.
5. A todas estas iniciativas, se añaden los efectos tangibles que comienzan a tener las medidas aprobadas por el Gobierno de Obama en los últimos quince meses para aliviar el embargo económico y comercial, sobre todo las que relajan las condiciones para viajar a la isla y las destinadas a aumentar las posibilidades comerciales.
6. A pocos días de la visita de Obama, el Gobierno estadounidense ha puesto en vigor nuevas regulaciones, entre las que destaca el permiso, por primera vez desde que está vigente el embargo, para que los cubanos e instituciones financieras de la isla puedan usar el dólar en determinadas transacciones.
En este nuevo paquete de medidas, de las más significativas desde el inicio del deshielo, se relajan más las restricciones a los viajes de estadounidenses, que ahora podrán visitar Cuba de forma individual en las categorías permitidas para hacerlo, algo que hasta ahora debían realizar en grupo y bajo el patrocinio de organizaciones autorizadas.
7. La semana pasada Cuba anunció que eliminará un impuesto a los dólares que ingresan a la isla. El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, anunció que La Habana eliminaría la tasa de un 10 por ciento a los dólares en efectivo, en respuesta a la decisión de Washington de esta semana de relajar un control cambiario.
Sin embargo, aclaró que la medida se hará efectiva cuando el Gobierno comunista compruebe que puede usar la moneda estadounidense, cuyo uso tiene hasta ahora prohibido en el sistema financiero internacional.
Rodríguez aclaró que la medida del uso del dólar no implica que se hayan normalizado las relaciones bancarias entre Cuba y Estados Unidos, debido a que no se permite que bancos cubanos tengan cuentas de corresponsalía en bancos estadounidenses. El funcionario reiteró que para normalizar las relaciones se requiere del levantamiento del embargo económico.
8. Otro cambio importante que se comenzará a concretar en breve es la retirada de las "Condiciones de Entrada" que se aplicaban a embarcaciones provenientes de Cuba o que hubieran atracado en algún puerto de ese país caribeño durante su trayecto.
De acuerdo con una nota de los guardacostas, una "completa evaluación" de esta institución permitió concluir que Cuba ha desplegado "efectivas medidas de seguridad" en sus puertos nacionales. El país caribeño cumple además con los parámetros de Seguridad en Barcos Internacionales y Puertos (ISPS), establecidos por la Organización Marítima Internacional (IMO), lo que constituye otra razón para eliminar dichas condiciones de entrada, establecidas por el Gobierno de EE.UU. en 2008.
Derechos Humanos, embargo y Guantánamo
De todas maneras, hay elementos clave que a pesar de la nueva relación entre los dos países, todavía están lejos de cambiar o por lo menos ser debatidos.
Al anunciar su visita a la isla, entre el 20 y 22 de marzo, el presidente Barack Obama destacó que uno de sus propósitos era incidir en la situación de los derechos humanos en la isla, en un momento en el que la disidencia denuncia un aumento de la represión.
Desde el restablecimiento de relaciones anunciado el 17 de diciembre de 2014, EEUU ha reiterado que el diálogo con Cuba es una nueva estrategia, pero que no desiste de su objetivo de alentar una apertura democrática dentro de la isla, con avances en derechos y libertades fundamentales, y que seguirá apoyando a la oposición.
"Esto no es una cuestión de hacer concesiones al Gobierno cubano, se trata de comprometernos de forma directa con el pueblo cubano y poder tener conversaciones sinceras y firmes directamente con el Gobierno cubano", aclaró el presidente Obama en una reciente entrevista.
No obstante, esos argumentos no contentan ni al Gobierno cubano, que acusa a su antiguo enemigo de "fabricar una oposición política interna sufragada con dinero de los contribuyentes estadounidenses"; ni a algunos sectores de la disidencia, que perciben la nueva relación con Cuba como una aceptación del régimen castrista.
Cuba recrimina también a EE. UU. "manipulación política y doble rasero" sobre los derechos humanos y enarbola el acceso universal a la educación y la salud en la isla o sus misiones solidarias en el exterior como muestra de su compromiso con esos derechos fundamentales. "Cuba, que se ha adherido a 44 instrumentos internacionales en esta materia, mientras que Estados Unidos solo ha suscrito 18, tiene mucho que opinar, que defender y que mostrar", señalaba un reciente editorial del diario ‘Granma’, portavoz del Partido Comunista.
La Habana argumenta con frecuencia la discriminación y racismo que persisten en EE. UU., el abuso policial, las violaciones de derechos humanos en la lucha contra el terrorismo o la situación de los prisioneros en Guantánamo. A pesar de sus diferencias, delegaciones de ambos países han mantenido varias rondas de discusiones sobre derechos humanos, que se han resuelto con menciones al "respeto mutuo", pero con cada parte enconada en su postura. La nueva relación con EE. UU. divide a la disidencia en dos bloques: los que la ven como oportunidad para lograr espacios para la sociedad civil y avances en derechos y libertades; y los que consideran que dialogar con el Gobierno cubano es una manera de legitimar un "régimen dictatorial".
La base naval de Guantánamo es el otro escollo durante la visita a Cuba del presidente de EE. UU., Barack Obama, quien ha evitado incluir la devolución del terreno alquilado a la isla desde 1903 dentro de las negociaciones para normalizar las relaciones entre ambos países.
El Gobierno cubano ha insistido a lo largo de este último año en que el proceso de retomar las relaciones diplomáticas no podrá completarse hasta que EE. UU. levante el embargo y devuelva el territorio que ocupa la base naval en "contra de la voluntad" de la isla, según un reciente editorial del diario oficial ‘Granma’.
Sin embargo, Estados Unidos no ha dado ninguna señal, de momento, de estar abierto a retornar el terreno. "No hay ningún plan, ninguna conversación de la que yo sea consciente", aseguró el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, hace unas semanas sobre Guantánamo, que acoge desde hace catorce años el penal de alta seguridad para los detenidos por terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
EL TIEMPO
*Con AFP, EFE y Reuters