Cualquiera sabe que el diccionario sirve para ver cómo se escribe la palabra, si es con be o con uve, si lleva tilde o no, pero más allá de eso, el diccionario sirve también para conocer:
1) La etimología (‘origen’). ¿De dónde viene bigote?, de la exclamación de las chicas germanas al ver un mostacho, bei Gott, (‘¡Oh, Dios!’). ¿De dónde viene chef? Del francés chef, que significa ‘jefe’...
2) La naturaleza de la palabra, si es adjetivo, sustantivo, verbo, preposición, conjunción o interjección.
3) El género. La clave está en la abreviatura m., que indica ‘masculino’, el calor; f., que indica ‘femenino’, la autoestima, y m. y f., que indica que la palabra es de género común, la miembro (no la miembra).
4) El significado, para saber que compulsar no es ‘enviar’ sino ‘cotejar la copia con el original’, “se enviaron copias compulsadas a la Fiscalía”, y no “se compulsaron copias a la Fiscalía”; que adolecer no es ‘carecer’, “adolece de recursos”, sino ‘tener un defecto’, “adolece de falta de recursos”; que proyecto es ‘plan’ y no ‘obra’, que demasiado es ‘en exceso’ y no ‘mucho’, que sendos es ‘uno para cada uno’ y no ‘grandes’...
5) La conjugación. Que él no se cola en TransMilenio, sino se cuela; que no se volca, sino se vuelca; que no andó por ahí, sino anduvo por ahí...
6) Los usos, para darse cuenta de que la situación no está pasando “de castaño a oscuro”, sino “de castaño oscuro”; que a la gente no “se la toma del pelo”, sino “se le toma el pelo”, y que eso no le pasa “a todo mundo”, sino “a todo el mundo”. Además, que uno no se toma “un vaso con agua”, sino “un vaso de agua”.
El diccionario no es un libro de botánica, pero tiene precisiones como esta: rosa, ‘flor del rosal, notable por su belleza, la suavidad de su fragancia y su color’. No es un libro de astronomía, pero enseña que solsticio es la ‘época en que el Sol se halla en uno de los dos trópicos, del 21 al 22 de junio, para el de Cáncer, y del 21 al 22 de diciembre para el de Capricornio’. No es un libro de moda, pero nos permite saber que cárdigan es un suéter, que se llama así por alusión al séptimo conde de Cárdigan (1797-1868), que usaba esa prenda. No es un libro de cocina, pero precisa que el ajiaco es una ‘sopa espesa hecha con diversas clases de papas, pollo, maíz tierno y aromatizada con hojas de guasca’.
En definitiva, el diccionario no es un libro para leer alguna vez, sino para consultar siempre.
FERNANDO ÁVILA
Experto en redacción y creación literaria