En Bogotá, la carrera 11, entre calle 82 y calle 100, ha sido un laboratorio de movilidad, errores y aciertos, pero siempre cambiante. El último cambio, hecho por la actual administración, determinó que la vía de cuatro carriles volvía a tener un solo sentido –norte sur– para los vehículos. La diferencia es que uno de los carriles es exclusivamente para bicicletas y en doble vía.
Como automovilista me llamó la atención ver cómo los ciclistas disfrutan de esta nueva versión de ciclorruta con mayor seguridad para el ciclista y para el conductor, porque se comparte, mas no se cruza.
La diferencia es que la felicidad del ciclista produce envidia en el automovilista, porque estos últimos sufren los trancones y las imprudencias de los conductores. Además, el factor negativo está en la reducción de velocidad promedio de un carro en la ciudad, que hoy es de 19,3 kilómetros por hora.
El uso de la bicicleta pasó del 1 al 19 por ciento en Bogotá y sigue en aumento en Colombia. Esto debe generar mejor infraestructura en las vías para utilizar más las bicicletas.
Aun así, hay muchas personas que añoran montar en cicla, pero no les es posible hacerlo por no tener un hábito o la capacidad física para movilizarse en largos tramos. El ejercicio de pedalear les cierra a algunos la posibilidad de usar la bicicleta, aun cuando la ciudad garantice seguridad para el ciclista.
Afortunadamente, existen bicicletas eléctricas que facilitan movilizarse a una velocidad por encima del promedio del automóvil en la ciudad, sin hacer un mayor esfuerzo al pedalear.
Estas bicicletas, llamadas Pedelecs (de Pedal Electric Cycle), cuentan con un motor eléctrico que no reemplaza el pedaleo sino ayuda a que sea menor el esfuerzo. La generación de energía es proporcional a la contribución que el usuario hace al pedalear. Esto significa que el motor no arranca si no se pedalea. La máxima velocidad que se logra es de 25 kilómetros por hora.
Esta innovación incentiva el hábito en los no ciclistas y los invita a cambiar el carro por la cicla. Anímese y cambie la envidia por la felicidad. Llegará rápido y más tranquilo.
JORGE HERNÁNDEZ
Director de Innovandes, Universidad de los Andes