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En Medellín generan abono de los residuos orgánicos

Vecinos del barrio Santa Lucía llevan sus residuos para que Earth Green los convierta en compostaje.

Los ciudadanos del Valle de Aburrá producen todos los días 2.500 toneladas de residuos, de los cuales 1.200 son desechos orgánicos o restos biológicos producidos por los seres humanos y animales.
En la actualidad solo el 14.7 por ciento de los desechos inorgánicos son reciclados, pero de los orgánicos no hay cifras, no hay programas o planes de aprovechamiento integral.
Debido a esta situación Luis Aníbal Sepúlveda, ingeniero sanitario y especialista en el tema, diseñó un sistema de compostaje, con el objetivo de que sus vecinos pudieran llevar los residuos orgánicos que producen y contribuir con el medio ambiente.
“El compostaje es la degradación aeróbica (o sea, en presencia de oxígeno) de materia orgánica por la acción de microorganismos, que transforman los residuos degradables en abono o sustrato, que vuelve al suelo como nutriente”, explica Sepúlveda.
El sistema está instalado en el patio de su casa, en el barrio Santa Lucía, en la comuna 12 (La América). Allí llegan las señoras, niños y niñas, amas de casa y adultos mayores y depositan los residuos de carnes, frutas y verduras, que generan en la preparación diaria de sus alimentos.
Desde hace tres meses, Rubén Darío Pulgarín, vendedor de mangos biches con sal, va todos los días a las seis de la tarde hasta la pequeña ventana de metal a arrojar las cascaras y demás desperdicios generados en su pequeño negocio, a las afueras del colegio del barrio.
Para él esta es un forma fácil de asegurarse de que estos residuos van ser procesados y convertidos en abono orgánico. Su conciencia está tranquila porque sabe con seguridad que estos no van a parar en el río Medellín.
“En el barrio ha tenido mucha acogida, pues las personas nos han demostrado que separan muy bien los orgánicos y reciclables, que hoy en día hay cultura ambiental y que estamos preparados para hacerlo en gran escala. Lo importante es encontrar los caminos”, señala Sepúlveda.
En el momento, la empresa recibe 80 kilos diarios de residuos, que después de 45 días son reutilizados en la huerta, vendidos a particulares o donados a los vecinos y habitantes del sector, que lo utilizan en sus huertas caseras.
“Es necesario mostrar que es posible hacer compostaje de forma fácil, sin mucho esfuerzo físico, sin la generación de lixiviados, ni la presencia de roedores u otro tipo de plagas. También pensamos en que fuera operable por personas de cualquier edad”, dice Sepúlveda.
Proyectos como este –asegura el ingeniero sanitario–, además de no causar detrimento en el medio ambiente, son mucho más económicos que construir grandes rellenos sanitarios como el de La Pradera.
Además, señaló el experto, por tener un alto grado de acercamiento a la comunidad, permite que jóvenes y niños se concientizaran de la necesidad de darle uso a las basuras.
“Si suma costos de recolección, transporte, tratamiento de lixiviados, contaminación de aguas subterráneas, proliferación de vectores y riesgos en salud pública, sale mucho más costoso. Además de la producción de gases invernadero, gas metano y malos olores”, dijo Sepúlveda.
Esta ha sido la preocupación de él durante más de 25 años, en los que ha investigado no solo los beneficios de la transformación de los residuos orgánicos en abono, sino también el diseño de estructuras fáciles y asequibles, en donde el procedimiento puede ser realizado por la comunidad o por cada persona desde su casa.
En el 2012 Sepúlveda, junto con otros ambientalistas y estudiosos del tema, crearon la empresa Earth Green, desde donde diseñaron, desarrollaron y patentaron prototipos de sistemas de compostaje a escala real.
Estos pueden funcionar en apartamentos, casas, grandes urbanizaciones, hospitales, colegios y universidades, además de centros de atención animal como la Perla -donde fue instalado- y municipios de hasta 20.000 habitantes.
En Medellín hay 100 urbanizaciones que tienen este sistema y generan diariamente 4 toneladas diarias de compostaje, que es utilizado en las zonas verdes y en los jardines de las casas y apartamentos. También lo tienen municipios como El Santuario y El Peñol.
“Nosotros les prestamos asistencia técnica a los municipios, además de venderles los compostadores. Lo que hemos notado es que allí se acabaron los problemas con la comunidad vecina a los rellenos, que sufrían por las plagas”, cuenta el ingeniero.
Para él lo importante es que personas como Rubén u otras que llevan los residuos a su casa, se den cuenta de que instalar el sistema no requiere mucha inversión, ni esfuerzo, pues no hace falta una infraestructura especial.
“El procedimiento se puede hacer en una caneca, en recipientes pequeños o baldes, en las casas o conjuntos. Lo importante es que los ciudadanos comiencen a tomar acciones que lo benefician a él, a su comunidad y al medio ambiente”, agrega Sepúlveda.
Otros proyectos de la Administración
Otro proyecto que se viene gestando desde la Administración municipal para darle un uso a las basuras orgánicas es promovido por la Secretaría de Medio Ambiente en cuatro corregimientos de Medellín.
Allí, han convocado a 400 líderes, familias y propietarios de fincas para que recolecten los residuos orgánicos e inorgánicos. Muchos de ellos han creado sistemas de compostaje, y otros llevan sus residuos a cooperativas o puntos de reciclaje comunitarios.
“En Medellín no hay la capacidad de que un operador pueda acceder a esos desechos, tendría que cambiar todo el sistema de recolección, que en la ciudad es desbordante. Mientras que en los corregimientos sí lo hemos logrado”, dijo Santiago Sepúlveda, de la Secretaría de Medio Ambiente de Medellín.
Para él, hace falta presupuesto y voluntad política que permita la ejecución de estos proyectos en la ciudad. La no utilización de estos residuos, agrega, causa un pasivo ambiental, tal como sucede en rellenos sanitarios, espacios que quedan sin poder ser utilizados después de su clausura.
A su vez, desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá realizan proyectos pedagógicos para sensibilizar a la comunidad en la problemática de los residuos, además de la implementación de estrategias para incrementar la cantidad de material reciclable.
Además de la evaluación, el diseño y ejecutar estrategias para la conformación y el fortalecimiento de organizaciones de recicladores
El Área implementó y fortaleció 150 sistemas de compostaje, donde se procesaron más de 345 toneladas de residuos orgánicos y se obtuvo unas 189 toneladas de compost.
PAOLA MORALES ESCOBAR
Redactora de EL TIEMPO
Twitter: paoletras
inemor@eltiempo.com
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