¿Sabía usted que arreglar una puerta en una estación de TransMilenio cuesta hasta cinco millones de pesos o que una puerta que se arregla en la noche, un día después nuevamente está dañada?
Así lo reveló la empresa TransMilenio tras una denuncia del concejal Juan Carlos Flórez, según la cual una de cada cinco puertas del sistema estaba dañada durante un recorrido de su equipo de trabajo realizado entre enero y febrero.
TransMilenio confirmó que hoy tiene un reporte de entre el 10 y el 15 por ciento de las 2.900 puertas que hay en las estaciones dañadas: la cifra es de 435. El problema es que la cifra rara vez baja por la acción vandálica de algunos usuarios que las bloquean para evitar que se cierren o las abren a la fuerza para colarse.
En el recorrido del equipo del concejal Flórez encontraron 549 puertas en mal estado y las cinco estaciones donde es más crítica la situación son Terreros, en la troncal NQS sur, donde las 16 puertas están dañadas. Igual ocurre en la estación de la calle 187, de la troncal autopista Norte, donde las 14 puertas están en mal estado.
Una situación similar tienen las estaciones San Mateo, con 14 de 16 dañadas; la estación Simón Bolívar de la troncal NQS con 23 de 26 dañadas, y la estación Ricaurte, con 17 de 21 en mal estado.
La empresa TransMilenio comunicó que en el 2015 en solo reparación de puertas los usuarios de TransMilenio tuvieron que pagar 3.500 millones de pesos. En lo corrido de 2016, la inversión en mantenimiento de puertas ya asciende a 580 millones de pesos.
“La reparación de cada puerta puede costarles a los ciudadanos hasta 5 millones de pesos, sin embargo, en varios casos la puerta es reparada en la noche o al finalizar la hora pico, y a la mañana siguiente ya se encuentra desprogramada o averiada, por el bloqueo constante por parte de los usuarios”.
Flórez dijo en su informe que en el sistema hay otras situaciones, como las estaciones de las calles 45 y 57, donde se instalaron puertas anticolados, que costaron 4,3 millones de pesos cada una, y que ya están dañadas a pesar de que no han completado ni un año en operación. Esas puertas, dice el informe, permanecen abiertas y permiten el ingreso de personas, especialmente estudiantes, sin pagar el pasaje, es decir, los colados.
Asimismo, TransMilenio informó que tiene un contratista de mantenimiento que dispone de cuatro cuadrillas, distribuidas por zonas las 20 horas de operación del sistema, con énfasis en los momentos previos y posteriores a las horas pico.
La labor de estos técnicos es devolver la programación a la puerta y desbloquear los mecanismos de protección para recuperar su funcionamiento normal.
El metro, en audiencia en el Congreso
La reevaluación del metro de Bogotá fue el tema de una audiencia en el Congreso de la República citada por el senador Jorge Enrique Robledo y el representante Germán Navas, ambos del Polo Democrático, a la que asistieron nueve expertos que insistieron en que se desarrolle el proyecto.
El arquitecto Jaime Ortiz pidió despolitizarlo, pues “hoy no se discute el metro de una Administración, sino un acumulado de estudios”.
Los señalamientos más fuertes fueron los de la representante del Partido Verde, Ángela María Robledo, quien dijo: “En Bogotá no vamos a tener metro porque para Peñalosa el metro es un mal negocio”. Se refiere al paso del Alcalde por la presidencia del instituto ITDP, en el 2009, una ONG y consultora especializada en la implantación de sistemas BRT (Bus Rapid Transit), similares a TM.
El mandatario –que no asistió a la audiencia por problemas de agenda– negó tener intereses, pues no recibe salario de esa firma, e insistió en que nunca recibió parte de los recursos que Volvo le dio a la ONG.
BOGOTÁ