La ficción televisiva está dejando de lado el narco y la bionovela musical para volver a intentar el odio, el suspenso, el pasado, la justicia.
Me gusta ‘Anónima’, que a pesar de un arranque flojo ha logrado ganarse al televidente. Se fue, pero era un encanto ‘Celia’, una excelente y tierna producción.
‘Las santísimas’ las arrimaron al final, y era una buena comedia con las mujeres más bonitas y talentosas de la tele.
Pero las tres pasarán al olvido porque han sufrido del mismo mal, comienzan tempranito y las van botando hacia la hora del sueño.
Las mueven para dar cabida a las nuevas. A todas estas producciones, más temprano y con menos cambios de horarios, les hubiera ido mucho mejor. Todo se sacrifica por unos pésimos concursos de las 8 p. m.
Llegó ‘Contra el tiempo’, y está bonita porque es distinta. Una historia de suspenso donde todos saben pero nadie sabe quién es el asesino.
Tiene los dos mejores galanes a la colombiana, bonitos con maldad, Sebastián Martínez y Diego Cadavid, que actúan de bonitos en angustia y que si sonrieran se verían más bonitos. Y Carolina Ramírez, que lo hace bien, aunque cada vez sus personajes se quedan en los mismos gestos.
A este trío le aporta mucho el personaje de Jacqueline Arenal, que es una actriz contundente, y como siempre la actriz con más perrenque y personalidad, Julieth Restrepo. O sea, desde lo actoral hay de donde ver y gozar. Bonitos y buenos personajes.
‘Contra el tiempo’ está bien hecha en su producción. Se deja ver fácilmente. Hay juegos de acción y algunos de melodrama. Y, como siempre, poco o nada pasa con la música y la variedad de ritmos narrativos y tonos del contar. Música y clip visual a la lata.
La historia cuenta que Diego Cadavid es el hermano problema que vive en el trago. Sebastián Martínez, su hermano, es el chévere, estudioso y social, pero se suicida, o eso parece.
Al mal hermano le toca enterrarlo. Pero antes de huir, se da cuenta de que Daniel tenía una novia bonita y terca que se las da de artista, y también que a Daniel lo mataron. Entonces se queda a averiguar qué le pasó a su buen hermano y se enamora de la cuñada.
Fácil de seguir así contadita, pero, si la ve, no es así... todo se enreda, y mucho. La temporalidad se confunde a cada instante (¿será que a eso es a lo que llaman suspenso?).
Se brinca de presente a pasado porque sí y porque no sé. Así, los personajes van y vienen entre tiempos; tanto que Daniel muere y resucita en todos los capítulos. Parece que el título corresponde es a la lucha contra el tiempo continuo en busca del fragmento como táctica para ganar el suspenso por la confusión.
‘Contra el tiempo’ está aquí y se deja ver, y no se pierde el tiempo si la ve. Son buenos tiempos para ver emociones y buenas producciones entre 9 y 11 de la noche.
Lástima el abandono de la franja de las 8, que solía ser la de las mejores series y telenovelas y se quedaron en concursos inanes.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión