El martes 26 de enero iba en bicicleta por la avenida Suba hacia el oriente, ascendiendo en inmediaciones de la calle 137, hacia el barrio Cedritos, para hacer unas diligencias.
De un momento a otro, aparecieron tres tipos y uno de ellos me sacó un arma cortopunzante muy grande, que para mí era un machete.
“Bájese de todo”, me dijo el tipo, y empezó a gritarme improperios, mientras me amenazaba con el machete.
Eran las 10:45 de la mañana, y a esa hora desafortunadamente hay muy pocas personas pasando por la zona. Estaba solo frente a esta banda de atracadores.
Ante la intimidación, no tuve otra opción que bajarme de la bicicleta. La dejé en el piso, siempre pidiéndoles a los ladrones que no me lastimaran.
Los delincuentes se me acercaban más, así que salí a correr para que no me fueran a robar más cosas.
La zona es de subida y yo iba por el andén, pero en el punto en el que me abordaron los atracadores hay una baranda que impide lanzarse a la vía vehicular, por lo que justo en ese punto las personas quedan encerradas y vulnerables ante este tipo de situaciones.
Esta zona está de subida y no se puede pedalear a mayor velocidad.
Ese día, cuando me sentí a salvo, llamé a la línea 123. Fueron muy receptivos y atendieron mi caso; enviaron a algunos policías, sin embargo los ladrones ya habían escapado.
Una señora que pasaba por el lugar me dijo que había visto a los tipos y que uno de ellos se fue con la bicicleta a gran velocidad.
El jueves instauré la denuncia, pero le pido a la Policía que esté pendiente de este sector después de las horas pico, ya que es a esa hora cuando el lugar se queda muy solo.
Germán Hernández
Reportero Ciudadano