Son pocos en Washington los que recuerdan un momento parecido al que se vivirá este jueves cuando la Casa Blanca abra sus puertas para conmemorar 15 años del Plan Colombia.
Mas de 250 personas han sido invitadas al evento, entre ellas presidentes, expresidentes, congresistas y funcionarios de ambos países que fueron clave en la implementación de la estrategia.
La ceremonia se efectuará una vez los presidentes Barack Obama y Juan Manuel Santos concluyan una reunión bilateral que está prevista para horas de la tarde de ese mismo día. (Lea también: Santos reitera su deseo de que Pastrana y Uribe lo acompañen a EE. UU.)
Ambos tienen previsto pronunciar discursos que durarán entre 10 y 15 minutos y serán seguidos por una recepción. "No es común que la Casa Blanca realice este tipo de eventos. Pero tampoco es común encontrar una historia de éxito como la colombiana. Es lógico, por lo tanto, que la administración quiera destacar este ejemplo de cooperación que si bien no lo solucionó todo, sí permitió cambiar el país", dice Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, al explicar por qué Barack Obama decidió "tirar la casa por la ventana", para homenajear la sociedad con Colombia.
Y una mirada rápida demuestra lo cierto que eso es. Ni Irak ni Afganistán ni Libia o Siria, países donde EE. UU. ha intervenido en los últimos 20 años, son ejemplos de mostrar. Pero en el fondo hay quizá mucho más que el reconocimiento de una política exitosa. Y para ambos Gobiernos.
En el caso del presidente estadounidense, Colombia podría ser parte de su legado en América Latina si la paz con las Farc se firma como todos esperan.
No solo restableció las relaciones con Cuba, poniendo fin al último vestigio de la Guerra Fría en el Hemisferio, sino que habría contribuido –con su respaldo al Plan Colombia y a las negociaciones en La Habana– a ponerle puntillas finales al último gran conflicto emanado de ese mismo enfrentamiento. De allí las especulaciones sobre un posible viaje del presidente de EE. UU. a Cuba y Colombia antes de que finalice este año, el último de su presidencia.
En el caso del Gobierno colombiano, se ha vendido esta gira –y el evento del jueves– como una de agradecimiento a Washington por el respaldo ofrecido durante todos estos años.
Pero aunque el Gobierno no viene a pasar el sombrero, sí pretende convencer a EE. UU. de que los apoya ahora en la paz como lo hizo durante los años de la guerra.Y en ese sentido, esperan que tanto el Congreso como la Casa Blanca se comprometan con un nuevo Plan Colombia pensado para los próximos 15 años.
La celebración del jueves cae como anillo al dedo para iniciar un trabajo que no será fácil, dado las obligaciones financieras de EE.UU.
Así mismo, la cita se da a menos de dos meses de la posible firma del acuerdo de paz y al Gobierno le cae muy bien una respaldo rotundo de la clase política en Washington. Ambos países también han insistido en que se escogió febrero de este año por razones de agenda. Pero no ha pasado desapercibido el hecho de que el plan cumplió sus 15 años hace siete meses, en julio del año pasado.
Tampoco han faltado voces según las cuales la apuesta de Obama por el éxito colombiano podría salir caro a largo plazo si la iniciativa pierde el sello bipartidista, que la ha caracterizado a lo largo de los años, y se convierte en un legado que se asocia con el presidente afroamericano.
La teoría es que dentro del partido republicano, donde de por sí odian a Obama, el apoyo a Colombia se ha ido diezmando con los años. Por un lado han ingresado nuevos legisladores 'pos-Plan Colombia' a los que el país no les interesa ni se sienten comprometidos con una iniciativa por la que nunca votaron. Por el otro, viejos aliados como los legisladores anticastristas han tomado distancia por haber llevado las negociaciones a Cuba. Y en eso ha influido bastante el expresidente Álvaro Uribe con sus frecuentes viajes a Washington para cuestionar el proceso de paz.
Shifter no comparte la tesis, pues afirma que el Plan Colombia tiene en su ADN tanto a republicanos como a demócratas. Y prueba de ello es que los años más exitosos del plan fueron los que coincidieron con las presidencias de George W. Bush (republicano) y Álvaro Uribe.
"Obama no se está apropiando del Plan o de sus resultados. Y creo que acá tienen claro que fue una iniciativa bipartidista. Más bien ha sido la polarización en Colombia en torno al proceso de paz, encabezada por Uribe, lo que está alimentado las voces disidentes en Washington¨, opina el analista.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington (EE. UU.)