La recomendación es clara para todas las parejas del país: “No embarazarse durante la fase aguda de la epidemia de zika, que puede ir hasta julio del 2016”.
Esta advertencia no es la única contenida en la circular 02, emitida por el Ministerio de Salud el 7 de enero de este año, para hacerle frente a los efectos de la expansión de la enfermedad.
De hecho, en el mismo documento se aconseja a todas las mujeres que hoy están embarazadas, evitar vivir en zonas por debajo de los 2.200 metros sobre el nivel del mar durante este periodo, o no viajar a estos sitios. Lea aquí: El zika es menos agresivo que el chikunguña.
A algunas personas, valga decirlo, las medidas sugeridas les parecen exageradas, pero lo cierto es que no lo son.
Vale decir, para empezar, que por lo menos en esta región del mundo, el comportamiento del zika sigue siendo desconocido. Si bien hace cinco meses, cuando se conocieron oficialmente los primeros casos de la enfermedad en el país, se consideraba que su curso era benigno, hoy eso no eso no es tan claro para todas las personas, particularmente para las embarazadas.
Para la muestra está la alarma que cunde en Brasil por cuenta de una coincidencia en el aumento significativo de los casos de microcefalia (disminución del crecimiento del cráneo del feto) en ese país y la expansión del virus del zika.
De hecho, el Ministerio de Salud brasileño señaló que entre el 22 de octubre del 2015 y el 9 de enero se han reportado 3.530 casos de este cuadro, una cifra comparativamente superior a la registrada durante todo el 2014, que fue de 150.
Se trata de una relación difícil de comprobar, sin embargo el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, confirmó la presencia del virus en muestras provistas por las autoridades brasileñas, tomadas de dos embarazos que terminaron en abortos, y en dos bebés con microcrocefalia, muertos después del parto.
Los investigadores encontraron presencia del virus en el tejido cerebral de los bebés y en las placentas de las mujeres, que abortaron espontáneamente.
En su momento Lyle Petersen, director de la división de enfermedades transmitidas por vectores del CDC, le dijo a la BBC que a partir de tales resultados “la posibilidad de que la microcefalia no fuera causada por el zika era extremadamente pequeña”.
Con base en eso, hace dos semanas la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud lanzaron alertas y recomendaciones para todos los países con presencia del virus. Estas incluyen medidas de seguimientos especiales para las mujeres en embarazo, que también fueron tenidas en cuenta por ministerios de salud, como el de Colombia. De allí el contenido de la circular 02.
¿En qué consiste el riesgo?
Es importante aclarar que, de acuerdo a lo que se conoce hasta ahora de este tema, no todos los embarazos de mujeres que han tenido el virus terminan en microcefalia. Ni todas las microcefalias se deben a esta enfermedad.
El tema no puede tomarse a la ligera, pues la microcefalia observada hasta ahora guarda similitudes con la causada por el virus de la rubéola, también en embarazadas, razón por la cual la sospecha se incrementa.
Se presume que si el virus actúa durante los primeros tres meses de gestación, puede afectarse el desarrollo del sistema nervioso central y periférico del niño, causando alteraciones del movimiento, la sensibilidad y los órganos de los sentidos; consecuentemente, el cráneo crece menos.
Se considera que cuando la circunferencia (perímetro cefálico) está por debajo de los 33 centímetros en un recién nacido, hay microcefalia (la medida promedio normal es de 34 a 37 centímetros).
Las consecuencias en el desarrollo del niño dependen de cada caso, pero siempre clasifican como de alto riesgo. En algunos casos las deformidades de los fetos durante el embarazo pueden ser tan severas, que terminan en abortos e incluso mortinatos (bebés que nacen muertos).
¿Qué hacer?
Las recomendaciones básicas para las mujeres en embarazo, frente al zika, son:
1. Si vive en una zona del país por debajo de los 2.200 metros sobre el nivel del mar, acuda ya a control médico.
2. Si ha tenido algún síntoma, malestar, fiebre, incomodidad, no lo dude: corra al médico.
3. Si existe alta sospecha, hay que insistir en llevar a cabo exámenes bioquímicos para confirmar la presencia de anticuerpos del virus.
4. Si se confirma, de inmediato su embarazo pasa a ser considerado de alto riesgo. Debe ser manejado y controlado en instituciones de alto nivel, y por especialistas.
REDACCIÓN SALUD