¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

Los riesgos del proceso de paz en La Habana, según el Procurador

Estas son las advertencias que Alejandro Ordóñez hace sobre la negociación con las Farc.

Nunca se había visto en Colombia una pugna tan fuerte entre dos emblemáticos personajes como el Procurador y el Fiscal. Tienen serias diferencias en torno a los más candentes puntos de la negociación con las Farc, como la justicia transicional, la dejación de armas, el Tribunal Especial de Paz o la inclusión del narcotráfico como conexo al delito político. En un país que asiste a una áspera controversia entre amigos y adversarios del Gobierno, los primeros ven en el procurador Alejandro Ordóñez a un intransigente vocero del más ortodoxo credo conservador, y los segundos al fiscal Eduardo Montealegre con un tinte ideológico muy cercano al de las Farc. Ante tal polarización, conviene escuchar las razones que sustentan posiciones tan opuestas.
El Procurador ha venido desde hace algún tiempo lanzando advertencias sobre lo acordado y lo que está a punto de acordarse en La Habana. ¿Tienen o no un real sustento jurídico? ¿Impiden o entorpecen la firma de un acuerdo? Conviene que el debate suscitado por estas preguntas deje de ser visto como una contienda personal para examinar su alcance y dimensión.
Esta entrevista con el procurador Ordóñez puede entenderse como el inicio de un sano debate que abrirá posteriores espacios a quienes sustentan puntos opuestos a los expresados por él.
Procurador, ¿cuál fue su primera advertencia sobre el proceso de paz?
La primera que ha hecho la Procuraduría General de la Nación es que el acuerdo con las Farc no puede ser una piñata de impunidad para nadie. Los máximos responsables de crímenes de guerra, de crímenes de lesa humanidad y de graves violaciones de los derechos humanos deben pagar penas de reclusión; es decir, penas privativas de la libertad, porque ello es lo que exigen los compromisos que Colombia tiene internacionalmente.
¿A quién le hizo tal advertencia?
Al propio Presidente de la República, pero antes de decírselo a él lo manifesté ante la Corte Constitucional, cuando me correspondió rendir concepto sobre la exequibilidad del Marco Jurídico por la Paz. Parte de mi intervención se refirió a este primer tema. El segundo que traté entonces fue el de la reparación. Señalé que las víctimas deben ser reparadas con el dinero de las Farc, porque de no ser así estaríamos ante la más gigantesca operación de lavado de activos. Se lo dije también al Presidente.
¿Cuándo?
El 13 de marzo del 2015. Era una de mis 45 preguntas que le entregué en relación con el proceso de paz. Luego lo ratifiqué directamente a las delegaciones de las Farc y del Gobierno en La Habana con un extenso documento sobre mínimos penales que darían seguridad jurídica al acuerdo.
¿Qué le contestó el presidente Santos?
La verdad es que el Presidente nunca me respondió. O respondió de una manera muy peculiar, pues dijo que lo que yo estaba haciendo era política. Con quien pude hablar de las inquietudes expresadas por mí fue con el doctor Humberto de la Calle. Cuando él me manifestó que la pena para los responsables de crímenes atroces sería el trabajo comunitario, me pareció que estaba lanzando un globo de observación para generar todo un ambiente.
¿A qué se refiere?
Pienso que con ello se buscaba prestar atención a las reacciones de la opinión pública para posteriormente dar pasos hacia delante en la negociación. Yo, como Procurador, me sentí obligado a decir que, tanto nacional como internacionalmente, era insostenible que frente a delitos de lesa humanidad, a crímenes de guerra y a genocidios, la pena fuera un trabajo comunitario. Mire, Plinio, es que eso es una comedia, además de no cumplir los mínimos exigidos por la Fiscal ante la CPI, Fotou Besouda. Es un grave error que impedirá que lo que se acuerde se cumpla y se pueda cumplir.
¿Qué otra advertencia ha hecho?
La relativa a la suspensión de las fumigaciones. En su momento, cuando el Ministro de Salud manifestó o propuso la suspensión de las fumigaciones por razones judiciales y científicas, yo le dije que eso no era cierto, y no lo era. Las razones que sustentaban tal decisión eran puramente políticas. Respondían a una de las condiciones que las Farc han puesto en la mesa y que el Gobierno en ese momento parecía dispuesto a conceder. En el Consejo Nacional de Estupefacientes, donde la Procuraduría tiene asiento, fui el único que salvó su voto. Les dije que si aprobaban esto, íbamos a nadar en coca. Dicho y hecho.
¿A qué otro tema se ha referido en sus advertencias al Gobierno?
Al tema de la conexidad. Los primeros que comenzaron a plantearlo fueron el Fiscal General y el doctor De la Calle en una conferencia en la Universidad del Rosario. Proponían ellos que se reabriera la discusión sobre la conexidad de delitos como el narcotráfico y el secuestro con el delito político. Discusión que se había cerrado cuando la Corte Constitucional declaró exequible el Marco Jurídico para la Paz y no contemplaba tal conexidad. Según ellos, el concepto del delito político, que viene del siglo XVIII, establece nuevas conductas que son conexas con él. Eso es legitimar el crimen atroz como medio válido de acción política en la democracia. ¿Qué de político tiene, por ejemplo, la industria de abortos montada por las Farc? ¿Por qué otorgar el derecho a gobernar a Colombia a los responsables de las más graves atrocidades en el hemisferio?
En una intervención suya que tuvo lugar en Valledupar, usted abordó el tema de la llamada paz territorial, hablando de vastas regiones donde prácticamente no hay presencia del Estado, pero sí el dominio armado de grupos ilegales. En este campo, ¿cuáles son los asuntos pactados que usted considera preocupantes?
En la Procuraduría observamos que, de acuerdo con lo que ya está escrito en La Habana, no se trataba de institucionalizar al Estado en esos territorios, sino más bien de institucionalizar a las Farc en ellos, con el riesgo de crear peligrosos guetos. Por otra parte, la Procuraduría advirtió que permitir la elegibilidad para los responsables de graves crímenes de guerra sería revictimizar a las víctimas. Dije, en tono de broma, pero en serio, que las Farc tienen muchas personas cercanas a ellas que sin ser responsables de tales conductas podrían hacer política a su favor.
¿Pero acepta usted que las Farc se conviertan en partido político y lleguen por la vía electoral al Congreso?
Pues sí. Nunca lo he objetado, a condición de que quienes vayan a representarlas no sean responsables de los delitos que he mencionado antes.
Las Farc insisten en que no harán entrega de las armas sino la dejación de las mismas. ¿Qué advertencia ha hecho la Procuraduría a este respecto?
Desde un primer momento dijimos que las Farc no pueden quedarse ni siquiera con un alfiler. No solo deben desarmarse sino desintegrarse como estructura militar. He hecho esta advertencia porque si a las Farc no se les va a tocar un solo peso de su inmensa fortuna, ni tampoco se les van a quitar las armas, vamos a tener un partido político armado y financiado por el narcotráfico. Además, si se leen con atención los puntos 15, 32 y 34 del acuerdo, se puede establecer que también las bandas criminales podrían quedar beneficiadas. Le pedí al Gobierno que aclarara este punto y tiene la obligación moral ante el país de hacerlo.
¿Qué puede ocurrir, según usted, con el Tribunal Especial de Paz mencionado en los acuerdos?
Algo muy grave. Ese tribunal va a terminar desplazando a toda nuestra institucionalidad judicial, disciplinaria e investigativa. En efecto, desplaza a la Fiscalía, a la Corte Suprema de Justicia, al Consejo de Estado, a la Procuraduría misma. Carece de límites y de controles. No sabemos, además, cómo va a ser la escogencia de sus miembros. Lo que sí sabemos es que hay quienes quieren magistrados de bolsillo.
¿Cómo ve el plebiscito propuesto por el Gobierno?
El plebiscito y el acto legislativo de poderes extraordinarios que crea el procedimiento especial legislativo y que da facultades exorbitantes al Presidente son verdaderas bombas de relojería contra nuestro ordenamiento constitucional. El plebiscito no otorga la seguridad jurídica que requieren los acuerdos. Está diseñado para que los colombianos voten, pero no para que decidan. Otra cosa sería un referendo. La campaña en torno al plebiscito está enfocada a dividir al país entre amigos y enemigos de la paz. Es un chantaje criminal a los colombianos, avalado por el Gobierno: o votan ‘sí’ o seguirán las matanzas; votan ‘sí’ o seguirá la guerra; votan ‘sí’ o continuará el secuestro.
Ahora bien, yo todavía no tengo claro si va a haber plebiscito. Tengo mis dudas. Si todas las exigencias que han hecho las Farc el Gobierno se las ha concedido, ¿por qué entonces no se les va a dar la Constituyente que piden?
¿Estaría de acuerdo con una asamblea constituyente en vez del plebiscito?
No, personalmente no estoy de acuerdo con tal opción. Me parece un salto al vacío. Es como soltar un tigre en una cristalería. Recordemos que el primer acto de una Asamblea Constituyente es declararse soberana, y tal como están hoy las cosas, nada puede garantizar una integración ponderada, equilibrada de tal asamblea. Hace seis meses estuve tentado a aceptar esta posibilidad, pero hoy ya no, es un error.
¿Entonces cuál sería el recurso para que los acuerdos de paz tuvieran validez?
Lo normal sería un referendo. Recuerdo que a ello se comprometió el Presidente; que honraría su palabra, dijo; que lo podía escribir en piedra, pero acabó escribiéndolo en la arena. He dicho, tanto al Gobierno como a la oposición, que se requiere un pacto para la paz al menos sobre el mecanismo de refrendación. Sin ese pacto, podrán firmar lo que quieran con el rótulo de paz, pero no habrá reconciliación. ¡Que no se equivoquen!
¿No contendría demasiados puntos ese acuerdo de paz para llevarlos a un referendo?
No, muchos de esos acuerdos solo requieren leyes, políticas públicas o actos administrativos, de tal manera que solo los temas relevantes quedarían sometidos a su aprobación en el referendo.
¿Qué puede ocurrir, según usted, si sus advertencias no son tomadas en cuenta?
Yo pienso que nos acercamos a pasos agigantados a la disolución de la institucionalidad, al derrocamiento de la Constitución y al consecuente triunfo del proyecto de las Farc. Además, tarde que temprano los acuerdos se caerán por no cumplir los estándares de justicia. Será una falsa paz.
¿Cómo ve lo dispuesto por dicho acuerdo en relación con los militares?
Según tal acuerdo, serían beneficiarios de la justicia transicional, pero allí tampoco vemos que se les conceda una real seguridad jurídica. Como le he dicho en otras ocasiones, esa plena seguridad jurídica se les debe dar a los miembros de las Fuerzas Militares y de Policía, pues de ninguna manera pueden quedar al vaivén de los acontecimientos futuros. Así como no puede haber impunidad para las Farc, no debe haberla para quienes deshonraron la institución militar cometiendo crímenes atroces. La estructura, el funcionamiento, el tamaño de la Fuerza Pública jamás podrá depender de una negociación con las Farc o con el Eln. Con estas observaciones, no busco incomodar a nadie, ni invadir competencias del Gobierno. La Procuraduría no pelea; solo cumple su misión constitucional como órgano de control y defensora del ordenamiento jurídico.
PLINIO APULEYO MENDOZA
Especial para EL TIEMPO
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO